Diferencias entre hombres y mujeres en los entrenamientos: no, ellas no son más débiles

Otro matiz en torno a las fortalezas de cada género tiene que ver con los tiempos de recuperación tras la práctica deportiva intensa . La mujer necesita una menro cantidad de EPOC (Excess Post-exercise Oxygen Consumption), una medida que cuantifica la energía que el cuerpo necesita gastar pare recuperarse. Esto quiere decir, según aclara la especialista en alto rendimiento deportivo femenino María Rossich (@womanpersonaltrainers), que ellas tardan menos en encontrarse en condiciones óptimas para entrenar de nuevo tras un esfuerzo físico. «El tiempo de recuperación de la musculatura masculina puede superar las 48 horas, pero el de la mujer es probable que no llegue a las 24 horas. Su adaptación física al entrenamiento es más rápida y puede entrenar con mayor frecuencia porque se recupera hasta seis veces más rápido que un hombre», concreta Rossich.

La adaptación de ellas es también peor que la de los hombres en el caso de los deportes de larga duración y de intensidad media (carreras de montaña o pruebas de 109-150 kilómetros) o de intensidad media-baja. La explicación está, según argumenta García-Bataller, en dos factores reveladores: «Por un lado el cuerpo femenino usa la grasa como fuente energética en mayor medida que el masculino , lo que aporta una mayor resistenci. Y por otro, el aguante mental frente al sacrificio y el umbral del dolor de la mujer es más alto, lo que hace que se crezcan ante la adversidad y hay auna menor tasa de abandonos (en la competición o en la práctica deportiva)».

Por el contrario la mujer no parte con ventaja si, por cualquier circunstancia, pasa un tiempo sin actividad física pues lo habitual es que ellas pierdan el tonos muscular mucho más rápido . «Para ellas resulta más costoso recuperar la forma tras una lesión o tras un parón en su carrera deportiva. Y además tienen que esforzarse más y trabajar mucho más duro que ellos para lograrlo. Por eso los periodos de descanso se planifican en las semanas previas a una competición deportiva de alto rendimiento suelen ser más cortos en el caso de las mujeres que en el de los hombres», aclara García-Bataller.

Para entender las fluctuaciones en el rendimiento deportivo femenino es fundamental conocer la influencia del ciclo mestrual pues, tal como explica Rossich , las mujeres varían metabólicamente de manera cíclica y eso produce variaciones en el rendimiento, algo que no sucede en el caso de los hombres, que son «hormonalmente estables».

El efecto físico y mental de la fase del ciclo menstual en la que se encuentre una atleta es tan relevante que, si se planifican los entrenamientos en base a su calendario menstual, es posible marcar la diferencia entre unas atletas y otras en las competiciones de alto rendimiento, según asegura García-Bataller.

Para conocer estos efectos, el experto describe de forma sencilla cómo influyen cada una de las cinco fases del ciclo menstrual.

Los «peores» días para la práctica deportiva se dan durante los primeros días de la fase de menstruación , pues en este periodo el cuerpo femenino concentra sus esfuerzos en «eliminar el cuerpo lúteo», lo que supone un alto gasto energético.

Después vendría la fase folicular , en la que el rendimiento deportivo alcanza su máxima eficiencia debido a la influencia del estrógeno.

En la fase de ovulación sube la frecuencia cardíaca y se sufre un mayor cansancio por lo que lo aconsejable es planificar actividades menos intensas.

En la fase lútea , que transita desde la ovulación hasta la siguiente regla, se produce un cambio hormonal: bajan los estrógenos y sube la progesterona. «Esto hace que aumente la capacidad de metabolizar las grasas y el cuerpo esté más preparado para realizar esfuerzos más prolongados o actividades de larga duración, pero menos intensos», comenta.

Por último García-Bataller hace referencia a los días previos a las menstruación , una fase en la que se aprecian muchas diferencias entre unas mujeres y otras ya que de los 330 posibles síntomas que recoge el «síndroma premenstrual» unas refieren sufrir uno, otras cinco, y otras fiez o incluso ninguno, por lo que en esta fase se hace un entrenamiento personalizado.

A nivel deportivo, por tanto, las diferencias entre hombre y mujer parecen ser más complejas y llenas de matices de lo que suelen apuntar las generalidades, los tópicos y los lugares comunes.