Tiroxina

La tiroides, una pequeña glándula ubicada en la base del cuello, es una parte esencial del sistema endocrino. Su función principal es producir y liberar hormonas tiroideas, entre las cuales la tiroxina (T4) es la más abundante. La tiroxina es sintetizada a partir del aminoácido tirosina y contiene cuatro átomos de yodo, lo que le da su nombre.

-Regulación del metabolismo: La tiroxina desencadena la actividad metabólica al influir en la velocidad a la que las células consumen oxígeno y energía. Esto afecta la temperatura corporal, la quema de calorías y la producción de energía.

-Desarrollo y crecimiento: Durante el crecimiento y desarrollo, la tiroxina es esencial para el desarrollo normal de los tejidos y la formación adecuada del sistema nervioso central, particularmente en fetos y niños.

-Mantenimiento de la homeostasis: La T4 regula el equilibrio de calcio en el cuerpo y participa en la síntesis de proteínas.

La producción de tiroxina está regulada por una retroalimentación compleja. Cuando los niveles de T4 son bajos, la hipófisis libera la hormona estimulante de la tiroides (TSH), que estimula la glándula tiroides para producir más T4. Cuando los niveles de T4 son altos, la TSH disminuye, frenando la producción de T4. Esto mantiene un equilibrio hormonal adecuado.

-Hipertiroidismo: Niveles excesivos de tiroxina pueden conducir a una aceleración del metabolismo, sudoración excesiva, pérdida de peso no deseada y otros síntomas.

-Hipotiroidismo: Niveles bajos de tiroxina pueden llevar a una disminución de la energía, aumento de peso, fatiga y otros problemas de salud.

Los trastornos de la tiroides, como el hipertiroidismo o el hipotiroidismo, se diagnostican mediante análisis de sangre que miden los niveles de T4 y TSH. El tratamiento puede incluir medicamentos para restablecer los niveles hormonales adecuados.