Nutrición
¿Es verdad que el desayuno es la comida más importante del día?
Verdades y mentiras del «desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo»
El rico refranero español nos deja frases míticas como la que vamos a abordar hoy a lo largo de este artículo: «desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo».
Vamos a desgranar este popular dicho para desvelar qué hay de cierto y qué no en ello. Aunque la nutrición aún se considera una ciencia «en pañales» debido a lo reciente de su evidencia científica, y debido también a que es una ciencia cuyos fenómenos difícilmente pueden estudiarse de forma aislada, hoy sabemos que no existe una comida más importante que otra al día. Es el contexto y la individualización lo que manda.
Por tanto, en primer lugar, podríamos afirmar que no existe una comida tan importante que deba ser digna de un rey, ni otra tan carente de interés de sea asemejable a la de un mendigo. La importancia de cada comida es tan variada como personas existen en el mundo y va a depender de forma directa de sus preferencias, necesidades y estilo de vida.
En lo relativo al desayuno , hoy sabemos que no tiene por qué ser la comida más importante del día. Ilustremos esta afirmación con varios ejemplos.
En el caso de un deportista que va a realizar una prueba unas pocas horas después será una ingesta clave, ya que deberá abordarse de forma específica la carga de hidratos de carbono necesaria. Otro ejemplo, el caso de una persona que nos comente que le encanta desayunar y que no puede vivir sin esa primera comida en su día. Sin embargo, para alguien que nos comente que jamás ha desayunado, tratar de obligarle a desayunar se convertiría en ser su peor pesadilla y, sin duda, sería un estrepitoso fallo en la estrategia nutricional.
Os proponemos otro ejemplo: imaginemos una persona que, por su ocupación profesional, solo puede realizar dos ingestas diarias: almuerzo y cena , concentrando en esas tomas toda su alimentación. Si una vez más nos empeñamos en introducirle por fuerza el tradicional desayuno de un rey, solo lograremos frustrarle y reducir la adherencia al plan. Otro marcado fracaso de la estrategia nutricional.
En el caso del almuerzo de un príncipe , no sería un caso tan extremo como el anterior del desayuno. Esa frase se podría interpretar como realizar una comida principal completa con alimentos de calidad, ricos y nutritivos, como podría ser un buen pescado con verduritas y patata, aliñado con aceite de oliva virgen extra. Esta ingesta es más sencilla de programar, ya que la realiza la mayor parte de la población y en ella podremos incluir una parte importante de la ingesta diaria. No obstante, nunca deberá imponerse un determinado horario para llevarla a cabo.
Cenar como un mendigo como norma general, resultaría ser un caso tan extremo como el citado en el caso del desayuno del rey. No existe una cena perfecta ni general aplicable a toda la población, sino una cena perfecta e individualizada para cada uno. La cena suele ser otra comida que todo el mundo suele realizar, sin embargo, su diseño es más variado entre individuos. En el caso concreto de un deportista profesional, por ejemplo, la programación de la cena dependerá directamente de la fase de la temporada en la que se encuentre. A nivel de población general, muy probablemente será la comida del relax para muchos, de la desconexión y, en otros casos, el momento del día de la reunión familiar.
Conclusiones
No podemos afirmar que una comida sea de mayor importancia que otra. Cada una de ellas se programará en función de las necesidades concretas de cada persona. Como resultado, se obtendrá una estrategia nutricional con la adecuada combinación de todas ellas. Esto será la clave en el éxito de la intervención nutricional.
Sobre la autora: Raquel Capel es dietista-nutricionista deportiva y clínica, responsable de Nutrición del equipo Vikika Team, además de entrenadora personal.
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