Juan Abarca es un hombre entregado a su profesión. Lleva 25 años con el teléfono abierto las 24 horas los siete días de la semana. Y no se queja, porque su trabajo le apasiona. Pero ese nivel de entrega requiere una válvula de escape, y ... él la ha encontrado corriendo.
«Cuando corro –dice–, lo primero que dejo atrás es el cargo de conciencia. Y a medida que avanzo se me va despejando la cabeza. Correr es lo que me permite estar en un estado óptimo para dar lo mejor de mí mismo».
En las gradas del estadio Vallehermoso de Madrid, el presidente de HM Hospitales desvela en esta entrevista su afición a correr y, en especial, maratones. Pero también detalles poco conocidos de su personalidad, de su estilo de liderazgo y del legado y los valores que que recibió de sus padres, Juan Abarca y Carmen Cidón, los fundadores de HM Hospitales. «La educación en casa, los valores que mis padres nos transmitieron y su manera de hacer las cosas –asegura- es lo que más me ha influido y ha hecho que, a lo mejor, tenga una sensibilidad para los pacientes especial».
Voluntarioso, tenaz, obstinado y «pesado hasta la extenuación», como él mismo se define, los valores que llevaron a Juan Abarca a correr una prueba tan mítica como el maratón de Nueva York son los que aplica también a su estilo de liderazgo
«Creo que no hay que rendirse nunca, hay que perseguir los objetivos que cada uno tenga. Y luego también hay que creer cada uno en sí mismo», porque el mundo, como él mismo dice, «lo mueven personas con propósitos».
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