Las colillas, reinas de la 'basuraleza' en España

En los últimos doce meses de 2022, «esta red contra la 'basuraleza'», así la bautizan sus creadores, batió 1.700 puntos de la geografía española para caracterizar 211.000 residuos abandonados donde «más del 14% del total de la basura en la naturaleza son colillas».

Cientos de miles de pitillos 'olvidados' en el suelo, más de 72.000 millones en todo el planeta según un estudio francés, que contiene, sólo uno, más de 7.000 sustancias tóxicas que tarda cerca de una década en degradarse. Un lento proceso que libera arsénico, nicotina y plomo y «puede llegar a contaminar 10.000 litros de agua», advertía en 2014 una investigación alemana titulada 'Las colillas tiradas como fuente de nicotina en aguas urbanas'.

Los restos del tabaco son el residuo más encontrado por el ejército de voluntarios del Proyecto Libera, seguido de las piezas pequeñas de plástico, bolsas y envoltorios, cartones y latas de bebida. «Tenemos claro que la lucha contra la 'basuraleza' no puede centrarse solo en eliminar los residuos que generamos y abandonamos en el campo, sino que necesitamos transitar hacia un cambio de modelo de producción más respetuoso con los recursos naturales», destaca Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO Birdlife.

Este 2022, reza la memoria anual del proyecto, se ha cerrado la sexta campaña de recogida de basura con un total de 563,3 toneladas y cerca de 1,1 millones de objetos caracterizados. «Libera ha conseguido poner el problema de la 'basuraleza' donde le correspondía y estamos muy orgullosos de la respuesta social recibida en estos años», destaca Rosa Trigo, CEO de Ecoembes.

Una red que ha sumado 130.000 personas voluntarias y «2.200 entidades entre organizaciones, empresas, administraciones públicas, científicas o colectivos locales», destaca la Memoria Anual del proyecto liderado por SEO/Birdlife y Ecoembes. «Queremos seguir sumando más gente», apostilla Trigo.

En los 72 meses de existencia del programa, los voluntarios de la causa han conseguido rescatar de la naturaleza en torno a 100 toneladas cada año, salvo 2020 por el coronavirus y el primer ejercicio de batidas. Un trabajo que se divide en varias campañas por diferentes ecosistemas: bosques, ríos o mares.

La 'limpieza' de bosques y campos son los que más adeptos registraron en 2022 con 6.817 voluntarios, un 23,61% más que en 2021, que recopilaron 2,3 toneladas e identificaron 25.045 residuos a través de aplicaciones como e-Litter, Marnoba o la App Basuraleza. «Estas son esenciales para identificar los tipos de 'basuraleza' más abundantes en cada entorno y poner en marcha soluciones y campañas de sensibilización adaptadas», destacan los promotores del proyecto.

Sin embargo, el lugar donde se extraen más toneladas de residuos son las playas y los mares españoles. «Nuestras alianzas nos han permitido luchar contra el abandono de 40 metros cuadrados de redes fantasmas y la retirada de 4,6 toneladas de residuos de gran tamaño de las praderas de posidonia del Mediterráneo», señala la Memoria Anual del Proyecto Libera. Coaliciones que han llevado a SEO/Birdlife y Ecoembes a unirse con Alnitak, la Fundación Reina Sofía o Submon para la limpieza de estos ecosistemas.

En los últimos seis años, de las finas arenas y aguas saladas se han extraído 110,7 toneladas de residuos, donde las colillas vuelven a reinar. Según la Fundación Aquae de los 43.651 millones de cigarrillos, «más del 15% acaba en las playas».

Las colillas, las piezas pequeñas de plástico y las toallitas húmedas son el tridente de 'basuraleza' categorizado por los voluntarios de Libera. Un problema que tiene las horas contadas, o al menos eso buscan los reguladores ya que la responsabilidad de mantener limpias las playas de plásticos de un sólo uso, como las colillas, no sólo será de las personas y las administraciones. Ahora también será una obligación para la industria tabacalera.

Tal y como recoge el Código de Residuos y Sustancias Peligrosas en su última modificación, el productor inicial estará obligado a asegurar el tratamiento adecuado de sus residuos. Es decir, las tabacaleras estarán obligadas a poner medidas en marcha para contribuir a la eliminación de las colillas en las playas, mares y océanos.

Las costas españolas son el destino final de muchos de los residuos que se usan en los hogares y que viajan a través de los desagües por tuberías hasta acabar en los ríos donde ahí comienzan el destino final hasta los mares y océanos. En 2020 durante la Semana Europea de Prevención de Residuos, muchas alcantarillas españolas fueron adornadas con una placa y una frase: «El mar empieza aquí».

Una alerta que se ve reflejada en los residuos caracterizados por los casi 23.000 voluntarios que han limpiado ríos, arroyos y embalses en las campañas de Libera desde 2018.

Colillas, latas, bolsas o piezas de plástico pequeñas son los más categorizados en esas campañas, prácticamente los mismos que los encontrados en las costas nacionales. «Tras más de 5 años de andadura creo que se evidencia el poder transformador que tiene un proyecto como Libera», responde Ruiz. Aunque, «queda aún mucho trabajo por hacer apostilla Trigo.