Cacao y gardenias, las nuevas materias primas de los móviles de última generación

«El 80% de las emisiones de los smartphones se produce en el proceso de fabricación», señala el Steven Moore, jefe de acción climática de la GSMA, la patronal de operadores móviles. Un porcentaje que los fabricantes quieren hacer disminuir, ya que las toneladas de emisiones equivalentes de CO2 no dejan de subir. Es por ello que en el pasado Mobile World Congress (MWC) de Barcelona la palabra circular y reciclaje fueran dos conceptos habituales en las presentaciones y expositores de las grandes tecnológicas.

Ahora a ese mix de productos contaminantes se suman otros como redes de pesca, gardenias o cacao. «Tenemos que superar muchas barreras, pero esperamos que en 2050 el 100% de los materiales en nuestros dispositivos sea reciclado», asegura Pranveer Singh, manager de materiales R&D en Samsung. Antes hay un hito intermedio que es alcanzar el 50% de piezas recicladas en 2030.

Dos metas ambiciosas que tienen trabajo por delante: «Como ingeniero de materiales que soy quiero hacerlo y se puede hacer», añade Singh desde uno de los pabellones del Mobile World Congress. A escasos metros, la marca coreana saca pecho de sus avances: «Hemos duplicado el número de materiales reciclados», afirma. Ahora el plástico necesario para hacer realidad sus últimos smartphones de alta gama salen de botellas de plástico y de redes de pesca abandonadas.

Desde 2009, Samsung ha reutilizado más de 276.000 toneladas de plásticos reciclados en todo el mundo en productos y «está en camino de duplicar esta cifra para 2030», señala la firma surcoreana. De hecho, entre esas ciento de miles de kilos se encuentran 15 toneladas de redes fantasma. «Las recogemos, las clasificamos y las limpiamos a mano», explica el portavoz de Samsung. «Así evitamos que acaben en el océano y que afecten a los ecosistemas marinos», añade. A cambio acaban en los altavoces o en otros módulos de los nuevos Galaxy S23. «Se trituran y se convierten en resina que pasan todas las certificaciones de durabilidad, impacto y resistencia».

El plástico, ya sea de botellas PET o rescatado de las aguas marinas, es el principal material que da vida a los nuevos dispositivos de la firma coreana, aunque no es el único. «También usamos aluminio reciclado», apostilla. Los botones de volumen y los espacios de para las tarjetas SIM están también construidos con este material.

No son los únicos materiales con una segunda vida en la familia de los Galaxy. Presentados en varios colores: negro, crema, verde y gardenia. Estos son elementos naturales extraídos de la fruta de la gardenia o el cacao, entre otros. La gama más alta del S23 también usa vidrio delantero y trasero que contiene una media del 22 por ciento de contenido reciclado, según el gigante tecnológico.

Sin embargo, la reutilización de materiales o la búsqueda de elementos reciclados no son la única herramienta para reducir las toneladas de emisiones totales a final de año y de la década. Una vez finalizada su vida útil, estos aparatos se convierten en basura electrónica, uno de los subgrupos de residuos con mayor crecimiento en la actualidad en España. Toda esta chatarra electrónica, de la cual sólo se recicla un 21% según los cálculos realizados por Back Market, supone un grave peligro para el medio ambiente. Un solo smartphone es capaz de contaminar toda el agua que consumen los españoles en un día.

«Con nuestro programa Upcycling le damos una nueva vida a los teléfonos viejos», explica Singh. Los Galaxy «son usados para prevenir la ceguera en algunos lugares», destaca el portavoz de Samsung. Además, «también se pueden usar como dispositivos de seguridad», explica.

Con una actualización, todos estos móviles antiguos, pero que aún funcionan, se pueden usar como monitor para bebés o una herramienta más para la vigilancia en el hogar. Sin embargo, «aún queda trabajo de concienciación en la sociedad», replica Singh.

En la actualidad en España, se generan 2.000 toneladas de residuos electrónicos al año. El ciclo de renovación de móviles se ha reducido a 18 meses. Se estima que en España se desechan cada año 20 millones de teléfonos. «Hay que ponerle freno».