cultura
Denuncian la desaparición del «Bosque de Olmos» de Agustín Ibarrola
La Asociación Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio de Salamanca lamenta la dejadez de las autoridades y los ciudadanos

La Asociación Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio denunció la desaparición, hace unas semanas, de los últimos árboles que conformaban el «Bosque de Olmos» de Salamanca, también conocido como «Bosque de Ibarrola» o «Bosque encantado», algo que considera «una grave fractura en el legado cultural que las generaciones presentes entregarán a las venideras, y una mancha en la imagen de una ciudad universal de la que será difícil reponerse».
En la primavera del año 1995 el Ayuntamiento de Salamanca encargó la realización de este conjunto escultórico en las inmediaciones del Puente Romano. Concebido por Agustín Ibarrola tras llevar a cabo la valorada intervención en el Bosque de Oma (Reserva Natural de Urdaibai, Vizcaya), fue materializado gracias a la participación de profesores y alumnos de la Facultad de Bellas de Artes de la Universidad de Salamanca.
Por todo ello, la entidad ciudadana apunta en su nota que «a la existencia del más singular y universal ejemplo de escultura pública contemporánea que había en sus calles», se le ha dejado desaparecer «de la forma más triste por la dejadez a la que lleva el desprecio». Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio cree que la ciudad «ha fracasado» ante la propuesta artística de Agustín Ibarrola, a pesar de su integración en el paisaje urbano, «al no sentirla como propia, al no admirarla y no convertirla en exponente de modernidad».
Ya en en noviembre de 2010, esta asociación reclamó que se tomasen «las medidas pertinentes para frenar el abandono y deterioro» de la obra de arte y su inclusión en las actividades culturales y educativas de las fundaciones culturales del Ayuntamiento de Salamanca y de la Junta de Castilla y León.
De todos modos, Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio reconoce que la propuesta artística no fue bien recibida en algunos ámbitos de decisión e incluso se profirieron amenazas que llevaron a imponer un sistema de vigilancia las 24 horas del día para los 40 árboles secos que estaban siendo tallados y pintados en ese proyecto.
El Bosque de Olmos, era una obra de arte «viva, singular, lúdica, impactante y colorista», según recalca esta asociación cuya estética contrastaba con el rico Patrimonio Histórico Artístico de Salamanca. El proyecto concluyó en noviembre de 1998 y posteriormente fue retirado y trasladado a unos almacenes municipales para evitar agresiones a la obra. En el año 2001, y gracias a una inversión de 42.000 euros se restauró y recolocó el Bosque de Olmos en el entorno del Puente Romano, en un espacio ajardinado frente a la Iglesia del Arrabal.
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