El espíritu californiano de Incubus y Red Hot Chili Peppers invade Rock in Río
El Festival se despide de Arganda del Rey haciendo homenaje con lo que parecía olvidado en los anteriores días electrónicos, con rock
estefanía magro
El espíritu californiano de Incubus y Red Hot Chili Peppers cerró con broche de oro la tercera edición de Rock in Río Madrid, que ha conseguido reunir a 180.000 asistentes en sus cuatro jornadas.
El plato fuerte de ... la noche, los RHCP, se hizo esperar durante casi quince minutos. El sonido de un saxo intentaba amenizar la demora. Pero la impaciencia del público llegó con los primeros silbidos. Alrededor de 55.000 personas esperaban la entrada al escenario de la veterana banda californiana.
Y llegaron. Anthony Kiedis , el vocalista, entró con fuerza, con su característica gorra blanca y negra con la palabra «OFF!» inscrita; y con chaqueta de frac y camiseta, que no tardó mucho en quitárselas, -exactamente tres canciones- para acabar con el torso desnudo como su compañero, el bajista Flea.
«Monarchy of roses» fue la primera canción en sonar, tema de su último álbum «I'm with you» . Si desde la explanada la vista no te alcanzaba para ver el escenario, podías hacerlo desde las pantallas donde se proyectaba el concierto. Éstas eran muy características, tenían unos efectos muy «pop art», ya sea por los colores o por el dibujo, los integrantes del grupo estaban diseñados como si fuesen un cómic.
Tras la segunda canción «Around the world», llegaron las primeras palabras: «Hola Madrid. ¿Cómo estáis amigos y señoritas? Nosotros tenemos amor esta noche para todo el mundo», saludaba en un costoso español Flea, el bajista, quien más se dirigió al público durante todo el concierto.
Después llegó uno de los mejores momentos de la noche, tres de sus grandes éxitos seguidos: «Snow (Hey oh)», «Can't Stop» y la apoteósica «Californication» , donde se proyectaron botes de pastillas vacíos que giraban sin parar. Cuando llegó el estribillo, el Dream of Californication, en las pantallas se contemplaba una gran marea de pastillas de todos los colores que caían a modo de cascada.
Uno de los momentos más sorprendentes del concierto llegó cuando Flea bebió dos largos lingotazos de una botella de ginebra. Cuando Kiedis estaba hablando, fue interrumpido por un pequeño eructo del bajista. De esta manera introdujeron «Throw away your TV», tema del octavo disco de la banda «By the way» .
«Under the bridge» y «By the way» fueron dos canciones muy coreadas por el público. Tras ellas, los RHCP salieron del escenario, pero volvieron con las pilas todavía cargadas para comenzar los bises. El batería Chad Smith salió con la camiseta de la selección española, rindiendo homenaje al triunfo de España en la Eurocopa 2012. Comenzó a tocar él solo y, mientras, Flea, con sus casi 50 años, hacía el pino durante, al menos 20 segundos.
Tras «Ethiopia», los RHCP se despidieron de Arganda del Rey con la enérgica canción «Give it away» , acompañada de fuegos artificiales. «Cuidar la música porque es la voz de la gente», concluyó diciendo agradecido Flea.
Incubus
La banda californiana presentó a los españoles el sexto disco de su carrera, «If not now, when» . La portentosa voz de Brandon Boyd , vocalista de Incubus, sobresalía por encima de cualquier guitarra eléctrica, scratch o tambor.
Entre tema y tema, Brandon animaba coreando, seguido por el público, los primeros acordes de la famosa canción «Seven Nation Army» de los White Stripes .
El vocalista, que cantó con un micrófono de radio antiguo, no tardó mucho en descamisarse. Llegó con la quinta canción del concierto «Made for TV movie». Y con «Are you in», Brandon se puso unas simpáticas gafas con unos peculiares ojos azules dibujados. Con ese tema, comenzó el momento álgido del concierto; seguido por «Drive», canción que les hizo famosos, y con «Anna Molly», con el que la gente enloqueció sin parar de saltar y alzar las manos.
«Madrid, somos Incubus, ha sido un placer» , se despedía Brandon del público de Arganda antes de tocar la última canción de su noche, «Sick, sad little world» . Un final instrumental apoteósico, en el que dejó a los asistentes un buen sabor de boca. Brandon tocó, con los ojos cerrados y recogiéndose previamente el pelo en un moño, el yembe, y después dos grandes tambores, siempre acompañado con el ritmo de la batería, la guitarra y el bajo.
Gogol Bordello
El vocalista ucraniano de la divertida banda de punk gitano, Eugene Hütz , claro defensor de la emigración, salió al escenario con una corbata de rayas amarilla y negra ataviada en la cabeza y con unos bombachos rojos. Con su ritmo teatral frenético, alegraron la tarde, sobre todo, con las canciones más famosas de la banda neoyorkina, como «My Companjera» o «Immigraniada» .
El último día fue el rockero, pero también en el que más se enseñó el «palmito», porque si algo tienen en común los vocalistas de la banda de Gogol Bordello , y de los grupos californianos Incubus y Red Hot Chili Peppers es que los tres dieron sus conciertos sin camiseta.
La noche se cerró de la mano de DeadMau5 , el productor y DJ de música electrohouse, que salió al Escenario Mundo con su peculiar casco con cabeza de ratón.
Rock in Río Madrid se despidió de Arganda del Rey haciendo homenaje con lo que parecía olvidado en los anteriores días electrónicos, con rock.
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