La consagración de la primavera, según David Hockney

Una selección de casi dos centenares de obras, la mayoría recientes (entre 2005 y 2009) puede verse desde mañana y hasta el 30 de septiembre en el Guggenheim tras su paso por la Royal Academy de Londres , instituciones que han organizado la muestra, junto con el Ludwig Museum de Colonia.

A su edad lo normal sería que los museos le dedicaran una retrospectiva de su trabajo, pero él sigue pintando con la misma pasión que cuando empezó. «David Hockney: una visión más amplia» , patrocinada por Iberdrola , reúne óleos, carboncillos, acuarelas, cuadernos de bocetos, vídeos y dibujos, algunos hechos al natural y otros realizados con el iPad . Ha sabido sacar todo el partido a la célebre tableta de Apple . Es un auténtico virtuoso dibujando en el iPad, como queda bien patente en la muestra. Y es que Hockney siempre ha estado al tanto de las innovaciones tecnológicas aplicadas a la pintura: fax, impresora, ordenador, polaroids, photoshop, vídeo...

El enorme formato de sus creaciones es lo primero que llama la atención al visitar la muestra. Algunas obras están formadas hasta por más de treinta piezas. Hockney ha pintado el bosque de Woldgate , los árboles de Thixendale , los «Túneles» del norte de Yorkshire, los espinos en flor, los árboles talados, que semejan tótems... Una de las salas está presidida por la monumental obra «La llegada de la primavera en Woldgate» (2011), compuesta por 32 lienzos. La espectacular pieza está flanqueada por 51 dibujos realizados con iPad e impresos sobre papel de gran tamaño. La calidad de la resolución es impresionante.

Otra de las salas del museo está dedicada a su particular visión de «El sermón de la montaña», de Claudio de Lorena , un cuadro de la Frick Collection de Nueva York que le fascina, pese a estar muy oscuro, en parte debido a un incendio en el siglo XVIII. Llegó incluso a restaurarlo virtualmente en su ordenador. Pues bien, Hockney realizó a partir de él una espectacular pieza, que da título a la exposición, «Un mensaje más amplio», formada por 30 lienzos.

Es la única obra de la exposición en la que vemos figuras humanas. La naturaleza es la auténtica protagonista. Junto a ella, otras versiones sobre este cuadro de tamaño más reducido. También cuelgan en la muestra algunos célebres paisajes de Estados Unidos, como el parque de Yosemite, creados con su iPad, o imágenes del Gran Cañón de los años ochenta. Anteriores a esta fecha solo hay un par de trabajos: «Cruce de Bolton» (1956) y «Huida a Italia» (1962).

Especialmente interesantes resultan sus películas, que el propio artista define como cubistas. En su afán constante por innovar, incorporó a un jeep varias cámaras con las que iba captando el paisaje de Yorkshire. Primero fueron 9 cámaras, después 18. El resultado es impresionante . Es como si fuera realmente un gran cuadro cubista en movimiento. En el caso de las películas grabadas con nueve cámaras, se confrontan paisajes invernales y primaverales. El resultado es de una gran belleza y magnetismo. No puedes dejar de mirarlos. Además, están presentes en la exposición algunos de sus preciosos cuadernos de apuntes, que nos desvelan a un excepcional dibujante.

En la zona didáctica del museo, se muestra uno muy especial, realizado durante un viaje a Andalucía en 2004. Dibujó en él La Alhambra . Junto a él, se muestra cómo es el proceso de los dibujos que hace en iPad . Y se exhiben algunos de sus trabajos recientes, como un autorretrato en el que Hockney se inmortaliza, bastante rejuvenecido, dibujando con el iPad. Es la versión contemporánea del autorretrato de pintor con paleta. Se completa con un par de preciosas maquetas de sus trabajos para ópera y teatro.