La innovación sí entiende de edades
Mientras el gigante Kodak está en bancarrota, Facebook ha pagado 1.000 millones de dólares por Instagram
luis p. arechederra
El logotipo de la compañía Instagram, una aplicación para móviles que retoca las fotografías con tintes retros y las comparte con otros usuarios, encierra una gran paradoja. Se trata de una cámara fotográfica a la antigua usanza inspirada en un modelo clásico de ... Kodak , una cámara que fue portada de la revista «Time» en 1972. Hoy, el gigante del sector de la fotografía está en bancarrota desde el pasado mes de enero. Instagram, en cambio, ha sido comprada por Facebook por 1.000 millones de dólares (760 millones de euros).
Ambas situaciones representan la irrupción de un nuevo mundo, el digital, al que las empresas tradicionales tratan de amoldarse a marchas forzadas. Las compañías tecnológicas, nacidas en el nuevo paradigma e impulsadas por emprendedores , están creciendo sin parar. Aún así, la compra realizada por Facebook ha sorprendido al sector. No en vano Instagram es una compañía sin ingresos, con menos de dos años de vida y tan solo trece empleados. La cantidad de la inversión (1.000 millones de dólares) parece exagerada. Andy Ramos, abogado especializado en propiedad intelectual del despacho Bardají & Honrado, cree que este tipo de empresas «pueden estar sobrevaloradas» y duda del valor de Instagram, basado «en un filtro interesante pero que puede quedarse en moda». Son «casos no representativos», según Franz Ruz, socio de Rooter, una consultora de nuevas tecnologías, ya que «muchas de las start-up de la tecnología móvil e internet no consiguen la financiación requerida».
Pero los expertos apuntan a dos factores para explicar la operación. Kintxo Cortés, responsable de marketing de la consultora tecnológica Step One, señala que Instagram «cuenta con una comunidad de 30 millones de usuarios altamente activos que sigue creciendo día a día». Esa cifra era así cuando la aplicación estaba limitada a móviles iPhone. Solo diez días después de comercializar su versión para Android , Instagram captó 10 millones de usuarios más. La valoración también debe considerar la necesidad de Facebook de rentabilizar sus aplicaciones móviles, donde ha fracasado históricamente, apunta Ricardo Pérez, experto en sistemas y tecnologías de la información de IE Business School. «El móvil será el acceso a internet número uno en USA y Europa en 2015. Los inversores van a pedir a Facebook ingresos importantes en móvil», explica Ricardo Pérez. Instagram, que «ha construido una red social basada en imágenes, en el simple acto de publicar y comentar», puede ayudarle, precisamente, en ese camino.
«El móvil será el acceso a internet número uno en USA y Europa en 2015»
En el otro lado de la moneda, viendo como el nuevo mundo le ha arrasado, se encuentra Kodak, incapaz de adaptarse al negocio digital. La compañía norteamericana tuvo que pedir la quiebra voluntaria el pasado mes de enero. En 2010, contaba con una deuda de 4.100 millones de dólares entre empleados y acreedores. Todo ello sorprende más cuando hablamos de una empresa fundada en 1892 que en los años setenta tenía 70.000 empleados. Fue la firma que patentó el rollo de película y la primera empresa que fabricó la cámara digital.
Pero todo este bagaje, más que sorprendernos, debería quizá darnos la pista. Según Ricardo Pérez, «las empresas que dominan una industria suelen tener problemas para liderar el cambio hacia el siguiente ciclo tecnológico». Él lo denomina el «ego del líder». «Cuando la fotografía digital aparece, Kodak no reacciona rápido porque no es una amenaza a su negocio actual», explica. Pero los modelos de negocio evolucionan tan rápido que sustituyen al anterior antes de que ese líder pueda reaccionar. Para Ramos, la diferencia está en la cultura empresarial: «Estás empresas están orientadas a un producto y un tipo de servicio y los empleados no están preparados para innovar». Suelen ser «empresas de gran tamaño, donde es difícil redireccionar estrategias», añade Cortés.
Aún así, muchas empresas de sectores tradicionales, como en el campo de la banca, intentan innovar e integrar nuevos modelos de venta. Es cuestión de supervivencia. Están en una encrucijada: renovarse o morir. O lo que es lo mismo: crear su particular Instagram o resignarse a caer como el gigante Kodak.
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