La duquesa, toda una señora

Esos días tuvo palabras para la familia Campos por el momento que está viviendo Terelu, acude a los funerales por sus amigas, no falla en su cita con el Rastrillo de Nuevo Futuro que en febrero volverá a abrir sus puertas en Sevilla, aparece en los estrenos teatrales que la convocan (el último fue el de los Morancos), responde cada carta que recibe y firma sin parar su libro de memorias «Yo, Cayetana», que ya va por su cuarta edición. Feliz hoy junto a su marido, Alfonso Díez, Cayetana es una mujer que ha vivido como pocas, pero que no ha perdido sus pinceladas infantiles. Tal vez ese sea uno de sus encantos que la hacen divertida hasta cuando se enfada, como la otra tarde en Sevilla, que sufrió lo que nadie imagina con los flashesde las cámaras en sus delicados ojos.

Por su paciencia y por la manera en la que asume la enorme popularidad tras su boda con Alfonso, Cayetana se merece la gratitud y el respeto de cuantos siguen su vida apasionados por su personalidad. Tranquila desde que su hijo Cayetanose encarga de la gestión del campo y otros asuntos de la Casa de Alba, hoy la duquesa quiere disfrutar de su matrimonio y desea vivir en paz esta nueva etapa de una vida que merece ser contada.