Sudán del Sur suspende la producción de petróleo por los «continuos robos»
La medida del Gobierno de Juba es una clara represalia al «expolio gratuito» que sufre por parte de su vecino norteño. Hasta su separación el pasado año, la producción total de crudo era de 459.900 barriles diarios
EDUARDO S. MOLANO
Hermanos y vecinos, la frontera la marca el oro negro. Sudán del Sur ha ordenado a las compañías petroleras suspender la producción de crudo en un plazo de dos semanas, en respuesta al presunto robo de su petróleo por parte de la vecina Sudán ... , según han confirmado a ABC fuentes gubernamentales del país africano. La medida, afirma Barnaba Marial Benjamin , ministro de Información sursudanés, fue tomada el pasado domingo en represalia al « expolio gratuito » por parte de su vecino norteño del crudo que llega a Port Sudán (principal centro de distribución regional hacia el Mar Rojo).
No es el primer quebradero de cabeza de la nación más joven del mundo . Según denunciaba recientemente a este diario William Garjang , ministro de Medio Ambiente de la región de Unity State (Sudán del Sur), la producción de petróleo en el país africano se ha reducido en una cuarta parte desde su independencia el 9 de julio.
Para Garjang, la ausencia de trabajadores calificados (generalmente originarios del norte), así como los continuos conflictos fronterizos está minando las posibilidades económicas del Estado africano. Y la miseria es contagiosa. Ya en noviembre pasado, su vecino norteño también reconoció que la producción de crudo se había reducido a los 117.900 barriles diarios (cuando la conjunta entre ambos territorios ascendía a 459.900).
Mentiras permanentes
Hasta su independencia en julio, el 98% del presupuesto de Sudán del Sur se basaba en la extracción de petróleo. No obstante, y pese a encontrarse casi el 75% de las reservas en territorio sur sudanés, los acuerdos de paz de 2005 estipulan que ambas regiones se dividieran los ingresos del petróleo a partes iguales . Aunque en esta partida económica las cartas nacieron marcadas. Como ha amenazado en innumerables ocasiones el ministro de Cooperación Regional (Exteriores), Deng Alor Kuol , desde el comienzo de las extracciones, el Gobierno del norte «mintió» sobre la capacidad real de sus reservas, por lo que ahora tocaba «renegociar los términos del acuerdo». Sin embargo, este hecho todavía no se ha producido ( Jartum demanda el 40% de la exportación total ).
Precisamente, para paliar este expolio, el Gobierno de Juba se ha embarcado en la construcción de tres refinerías y un oleoducto a través de Kenia , que evite así territorio musulmán. Aunque esto no implique el fin de la dependencia extranjera. A día de hoy, la empresa estatal China National Petroleum Corporation controla el 40% de los consorcios petrolíferos en Sudán, tanto del norte como del sur. Y sobre todo, las exportaciones. A falta de datos fidedignos actuales (ambos países mienten de forma continua sobre su exportación real ), valgan los pasados: En 2006, el 77,4% de las exportaciones tuvieron como destinatario a China (más de 4.000 millones de dólares en dividendos), siendo Europa el tercer máximo importador (2,5%) tras Japón (8,4%).
Por ello, los guiños diplomáticos hacia el mercado asiático no dejan de sucederse. Ya en 2010, Pagan Amun , secretario general del Movimiento Popular de Liberación de Sudán , reconoció que, tras la independencia, su país dotaría de mejores condiciones a las inversiones china. El gesto no es menor. Los antecedentes, tampoco. En 2002, la empresa canadiense Talisman se vio obligada a vender el 25% de participación en uno de los consorcios de petróleo de Sudán debido a la presión ejercida por varios grupos pro derechos humanos. ¿Su sustituta? China National Petroleum Corporation.
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