Eva Braun. Una vida con Hitler, de Heike B. Görtemaker
Editorial Debate. Traducción: Guillem Sans Mora. 389 páginas. Precio: 22,88 euros
SUSANA GAVIÑA
El próximo 6 de febrero se cumplirá el centenario del nacimiento de Eva Braun . En coincidencia con esa fecha se publica en España una biografía —quizá la más exhaustiva escrita hasta el momento— sobre la vida de la que fuera compañera de Adolf Hitler ... durante más de una década. «Eva Braun. Una vida con Hitler» se adentra en la historia de una mujer que fue la amante y la sombra del Führer durante catorce años. Una relación oficiosa para su círculo más cercano, conocido como la «Corte» de Hitler, que tan solo se hizo oficial al contraer matrimonio el 29 de abril de 1945 , un día antes de quitarse la vida ambos ante la inminente entrada del ejercito Rojo en Berlín. El dictador alemán dejaría constancia en su testamento de los motivos que le llevarían a tomar ambas decisiones:
«Puesto que creí durante los años de la lucha que no podía asumir la responsabilidad de formar un matrimonio, he decidido, antes de abandonar esta órbita terrestre, convertir en mi esposa a la mujer que, después de años de fiel amistad, llegó por su propia voluntad a la casi cercada ciudad para compartir su destino con el mío. Por deseo mío, se dirige a la muerte siendo mi esposa. La muerte nos compensará lo que mi trabajo al servicio de mi pueblo nos robó... Para evitar la vergüenza de la destitución o de la capitulación, mi esposa y yo elegimos la muerte...»
La realidad es que Hitler y sus colaboradores más próximos intentaron llevar con la máxima discreción esta relación, manteniéndola casi en secreto. No sería hasta los últimos años cuando trascendiera la noticia de la existencia de Braun. El dictador alemán siempre quiso preservar su aureola de entrega a sus deberes como político y estadista, líder de una nación con la que afirmaba estar comprometido en cuerpo y alma: «Estoy casado con el pueblo alemán y su destino» , reivindicó más de una vez.
Lo cierto es que de trascender esta relación, poco ortodoxa, dejaría al descubierto la incoherencia de Hitler con la doctrina que él mismo predicaba relacionada con la familia y la necesidad de procrear (algo que él nunca hizo) con el objetivo de construir un país puro y poderoso (también investigó la calidad «aria» de Braun)
A través de una documentada investigación, centrada en el círculo íntimo del führer -Speer, Hoffmann, Bormann, Brand...- , que se daba cita en su casa de vacaciones -y refugio- situada en Berghof, Görtemaker traza la relación de Braun con Hitler y con su entorno , en particular con las esposas de sus hombres de confianza, que no siempre la trataron bien, a pesar de ser la señora de la casa, papel que reivindicó a su manera la joven.
«Herr Wolf»
La prestigiosa historiadora alemana presenta a Eva Braun, nacida en el seno de una familia de clase media, como una joven alegre, amante de los deportes, de las fiestas de disfraces, no excesivamente brillante y, finalmente, arribista. Con apenas diecisiete años, conoció a Hitler, que ya había entrado en la cuarentena , gracias a su trabajo como ayudante en el estudio de su fotógrafo personal Heinrich Hoffmann, en Munich. Un encuentro en el que le sería presentado como «Herr Wolf» (Señor Lobo): Hitler, por aquel entonces, era el líder de un partido en ascenso, el Nacionalsocialista Obrero Alemán, que se afianzó sobre el orgullo alemán herido por el Tratado de Versalles, que puso fin a la I Guerra Mundial, y la crisis económica del 29.
Desde entonces sus caminos estarían unidos por un lazo que la propia Brau se encargó de estrechar a través de dos intentos de suicidio. Una prueba más que suficiente para Hitler -que ya arrastraba el suicidio de su sobrinastra, Geli Raubal- del amor y la fidelidad que la joven sentía por él.
Görtemaker se distancia de cualquier conclusión categórica sobre la relación de ambos ante la falta de pruebas consistentes (toda la correspondencia personal entre ellos fue destruida), como el diario de la propia Brau, que algunos creen fue falsificado; las declaraciones de fuentes próximas, que cambiaron sus versiones durante el «Proceso de desnazificación»; u otras biografías, que incluyen datos a veces poco verosímiles.
En definitiva, un documento histórico que aporta no solo información sobre la presencia de Braun en la vida de Hitler -y su compromiso a todos los niveles con él-, sino sobre la idea que el führer tenía del matrimonio, sus otros romances, sus miedos a depender de una relación estable que le hiciera vulnerable, así como el temor a perder los atributos de ídolo o mesías que le permitían arrastrar la admiración de miles de mujeres del III Reich. En paralelo, la historiadora se ocupa también de la creación y desarrollo de un maquinaria ideológica y de terror creada por Hitler, alimentada por la sumisión y la propaganda, que llevó a la muerte a millones de personas.
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