La rebelión euroescéptica desborda a Cameron

Los diputados debatirán una moción que proviene de una petición electrónica firmada por más de 100.000 británicos , un mecanismo de iniciativa parlamentaria ciudadana promovido, irónicamente, por el propio Cameron. Unos 70 diputados “tories” han rubricado el texto de la moción, junto a algunos miembros del grupo laborista. El referéndum que plantea ofrecería tres opciones: seguir como hasta ahora, salir de la Unión Europea , o revisar las relaciones. La oficina del Primer Ministro lleva maniobrando desde el jueves, en “estado de pánico”, según han descrito varias fuentes, para evitar la que podría ser la primera gran humillación parlamentaria del actual “premier”.

El debate estaba previsto para el jueves, pero el propio Cameron solicitó que se adelantara para poder estar presente, junto a su ministro de Exteriores, William Hague, antes del viaje que ambos inician el miércoles a Australia, donde solicitarán apoyo a los países de la Commonwealth para introducir la igualdad de género en la sucesión a la Corona de Inglaterra .

Cameron comparte la escasa simpatía hacia Bruselas de sus compañeros de partido . De hecho, ayer el líder laborista, Ed Milliband, le acusaba en la BBC de haber alentado en realidad el movimiento anti-UE. Pero el pragmatismo del primer ministro, sus actuales responsabilidades de gobierno y el tener que compatirlo con un partido europeísta le obligan a pedir hoy a sus diputados que no aprueben la moción. Una señal así desde Londres sería un mazazo para la credibilidad de una UE que lucha por mantener a flote la moneda única, y Cameron -que ha pasado el fin de semana ayudando desde la barrera a los líderes de la zona euro- lo sabe.

“Creo que vamos a asistir a una rebelión sin precedentes”, declaraba el viernes a Reuters Zac Goldsmith, uno de los diputados conservadores firmantes de la moción. Un apoyo sustancial desde las filas conservadoras supondría una grave desautorización al sólido –hasta ahora- liderazgo de Cameron, que ha ordenado, y no solo "recomendado", a los diputados votar en contra. William Hague, ministro de Exteriores y referencia política para los sectores euroescépticos del partido, ha pedido a los parlamentarios que acepten la disciplina de partido. Los secretarios de Estado y otros cargos gubernamentales que voten hoy en contra deberán dimitir de sus puestos en el Ejecutivo.

Pero muchos creen que el propio Cameron ha generado la situación, al hacer casus belli de una resolución no vinculante. ¿Por qué no conceder el gusto a los diputados díscolos y evitar la desautorización?, le han pedido varios líderes conservadores que han intentado mediar en estos días frenéticos.

Desde la prensa conservadora, la presión es también fortísima. “Un debate así era necesario desde hacía tiempo. Una de las razones por las que la UE está en una situación tan crítica es el déficit democrático que ha permitido a la elite de Bruselas imponer su agenda federalista”, decía un editorial de “The Daily Telegraph” del pasado jueves. Amplios sectores en Gran Bretaña, y prácticamente la totalidad del liderazgo "tory", están convencidos de haber cedido demasiado poder a Bruselas. Y, antes o después, pedirán revisarlo. Ese camino podría empezar hoy.