El candidato clave del Partido Socialista apoya a François Hollande

Según los siempre últimos sondeos, Hollande podría contar con el 57 o el 58 % de los electores potenciales de la segunda y definitiva vuelta, frente a una Martine Aubry que «solo» tendría el 42 o 43 % de las intenciones de voto. Se trata de especulaciones. En verdad, por vez primera en Francia se celebran unas elecciones primarias para elegir al candidato a presidente de un gran partido.

En la primera vuelta, 2,5 millones de electores manifestaron sus preferencias por Hollande, Aubry, Montebourg, Ségolène y Valls. Eliminados los tres últimos, el candidato favorito cuenta con el voto expreso de los candidatos eliminados. En principio ese apoyo debiera ser suficiente, salvo un fallo imprevisible de los sondeos.

Valls ha dado un apoyo incondicional. Ségolène ha pedido el voto para su «ex», quizá presionada por los cuatro hijos de la pareja. Montebourg, la «revelación» de la primera vuelta, da un voto razonable y sin entusiasmo, afirmando: «En la primera vuelta se vota por convicción. En la segunda se elige la eficacia. Y, a mi modo de ver, Hollande es el mejor candidato para vencer a Sarkozy».

¿Qué será de la antiglobalización defendida por Montebourg contra Hollande y Aubry? Él mismo no lo sabe. Desde la izquierda de la izquierda socialdemócrata, Hollande y Aubry son «más de lo mismo», candidatos pro europeos, pro euro, pro mundialización. Hollande, por su parte, se presenta como el candidato del «cambio tranquilo», capaz de «unir» y «federar» el voto de todas las izquierdas, de los antimundialistas (Montebourg) a los socialdemócratas (Valls). Esperando que, finalmente, simpatizantes de distinta sensibilidad se animen a votar por su candidatura de «unión» de todas las izquierdas contra Sarkozy.