La Cubierta, un gueto heredado
Hay reyertas cada fin de semana con presencia de arma blanca. Los latinos protagonizan el 90% de las peleas. Al lugar acuden «latin kings» y «ñetas»
TATIANA G. RIVAS
La plaza de toros La Cubierta de Leganés «vive su peor momento» . Es algo en lo que coinciden las Fuerzas del Orden, el que fuera partido del Gobierno del municipio (PSOE), el actual regidor (PP), los vecinos y los propios dueños de los ... locales de ocio nocturno que se ubican en la zona exterior del coso. «Se ha convertido en un gueto», advierte uno de los propietarios de uno de estos establecimientos, que, en el último año, se ha visto obligado a alquilarlo a un arrendatario latino para mantener el negocio.
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Ahora existen tres zonas bien delimitadas en la veintena de «pubs», discotecas y «after hours» que todavía funcionan: la parte norte del exterior del ruedo es frecuentada por latinos, principalmente colombianos y ecuatorianos; la zona sur, por ciudadanos de países del Este de Europa (rumanos, búlgaros y ucranianos), y la parte oeste, por españoles de etnia gitana. Es en este tramo donde se ubica un único establecimiento al que acuden españoles. Por lo demás, para cualquiera que no se ajuste a las características de los asistentes habituales, se recurre al «derecho de admisión».
Navajas en papeleras
Las reyertas y los problemas a los pies de La Cubierta son frecuentes durante los fines de semana, sobre todo los sábados, según denuncian políticos, Policía, empresarios y vecinos. El momento más problemático es al término de la madrugada, las seis de la mañana, «cuando vuelven a casa y van hasta arriba de alcohol», explican fuentes policiales.
Cada viernes y sábado se despliega un dispositivo de la Policía Nacional para evitar que la sangre llegue al río. Los controles son exhaustivos. Siempre se encuentran numerosas armas blancas, ya sean ocultas en los cuerpos de los asistentes o escondidas en papeleras de la zona . Recientemente se descubrió un cuchillo de unos 40 centímetros y sin empuñadura oculto en una papelera. «Si no hay víctimas mortales, no será porque no haya oportunidades», añaden las mismas fuentes.
Evolución problemática
Algunos de los locales latinos, los más pequeños, son frecuentados por bandas rivales como los «latin kings» y los «ñetas», según fuentes experimentadas. «El 90% de las peleas son protagonizadas por latinos, pero no por las bandas, sino por personas que van alcoholizadas», detallan. Hace cinco años comenzó a cambiar el tipo de clientela que acudía a la que fuera inaugurada como «sala multiusos» en julio de 1997. En 2006-2007 es el momento en que desaparecen por completo las fiestas de «techno house» que se celebraban en el ruedo —fundamentalmente por la intoxicación de una veintena de personas con éxtasis líquido en 2001— y los festivales latinos comienzan a ganar terreno. Su aparición genera que cada vez más personas de origen suramericano frecuenten los «pubs» y discotecas exteriores, aunque en esos momentos, los locales aún son regentados por españoles.
Las peleas al término de la noche comienzan a incrementarse por este nuevo público. Su presencia cada vez es mayor y la clientela nacional huye de la zona. Según explican fuentes conocedoras de la problemática, a este aspecto se le suma la llegada de «gran parte del público de Costa Polvoranca» . Los ingresos comienzan a caer y los empresarios traspasan sus negocios o los alquilan a latinos.
Laura Oliva, la ex concejal de Seguridad Ciudadana, resume claramente las contrariedades de la plaza que han dejado como herencia al nuevo Gobierno local: «Hay una concentración importante de personas; no se cumplen los horarios de cierre y, sobre todo, hay mucho consumo de alcohol». La política socialista pone la lupa en la aplicación de la Ley Ómnibus, en vigor desde 2009: «Pasamos de tener una situación muy controlada en la plaza a tener más incidencias desde que entró la ley, ya que implica que la gente está más tiempo bebiendo». Es con esta directiva europea con la que los garitos juegan para ampliar su horario; muchos llegan a estar abiertos un sábado casi 24 horas: primero como bar, después como discoteca y terminan como «after».
El nuevo alcalde, Jesús Gómez (PP), considera que con la limitación horaria y el mantenimiento del control policial «esta situación se solucionaría» . «Tenemos preparada una ordenanza de tramitación de licencias para evitar todas estas lagunas legales con las que la Delegación de Industrias, a través de IU, ha hecho la vista gorda», asegura el regidor, quien espera dignificar la plaza. De hecho, pretende inspeccionar todos los locales para «adecuarlos a la ley» o, si no, «recibirán un expediente sancionador como el coso».
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