El Gobierno canario rescata el discurso del control de «fronteras y extranjeros»
El portavoz del Ejecutivo trató de zafarse de la polémica por el ideario del CCN sobre inmigración. A su juicio, la controversia es extemporánea
M. Á. MONTERO
Al socaire del radical ideario que sobre inmigración defiende su socio el Centro Canario Nacionalista (CCN), Coalición Canaria (CC) no encuentra obstáculos para rescatar su tesis de que el Archipiélago necesita vigilar más y mejor sus fronteras y la llegada de foráneos. Aunque este eterno ... empeño de la principal fuerza nacionalista de la región ha despertado no pocas críticas, el nombramiento de un representante de los centristas —Melchor Núñez— para ocuparse de la Viceconsejería de Políticas Sociales e Inmigración ha devuelto a la actualidad el argumentario del CCN, el mismo que empequeñece las ideas de la coalición. De modo que si el partido directamente responsable del área relaciona la hepatitis, la sífilis, la tuberculosis y el sida con los inmigrantes, eso de que el Gabinete autonómico —es decir, CC y el PSOE, que sigue sin pronunciarse respecto de la polémica— crea conveniente «un mayor control de fronteras y que se controle de forma más firme la entrada de extranjeros», como dijo ayer el portavoz del Ejecutivo, Martín Marrero, suena casi a años luz de la controversia.
En la rueda de prensa posterior al consejo de gobierno regional, el mismo Marrero trató de zafarse del incómodo asunto so pretexto de que «no tiene sentido valorar lo que se ha dicho hace años, ya sea como partido político o a nivel personal». Intentó así el portavoz significar el carácter extemporáneo de la discusión que ha generado la designación de Núñez, habida cuenta de que los panfletos xenófobos del CCN que los medios de comunicación han recuperado datan de 2007. Sin embargo, obvió el representante del Gabinete que integran nacionalistas y socialistas que el líder del Centro Canario, Ignacio González, ha refrendado la posición de su partido, esto es, aquello de que la inmigración «está asfixiando la economía de muchos de nuestros ayuntamientos» o aquello otro de que «puede arruinar nuestra principal fuente de riqueza: el turismo». Luego Marrero hizo un segundo intento: «A título personal, o de pasado, cualquiera puede tener el criterio que quiera, pero la postura del Gobierno es bastante clara y él —en referencia a Ignacio González— está de acuerdo en ese aspecto», insistió el portavoz, como recogió Acn.
Sigue el mutismo socialista
Y quienes siguen en silencio son los socialistas, partícipes ahora de un gobierno dispuesto a reivindicar «un mayor control de fronteras» y de la «entrada de extranjeros», cuando hace solo unos meses veían tintes xenófobos en la máxima de Paulino Rivero —«el trabajo, para los canarios»— y cuando en otros puntos del país han denunciado posturas incluso más suaves que las que preconiza el CCN, a la postre tan compañero en tareas gubernamentales como CC.
Y en cuanto a la coalición, lo cierto es que no puede escudarse del todo en lo extemporáneo, porque no solo suscribió un pacto con los centristas y los aupó hasta la Viceconsejería de Inmigración, sino que también rubricó acuerdos con fuerzas políticas como Renovación Nacionalista Canaria (RNC). No en vano este partido, en sus orígenes escisión de la misma CC, sostiene, entre otras ideas, un rotundo «no» a «esos grandes hoteles multirraciales sin ningún trabajador canario» y que la administración regional debería ocupar «todas sus plazas con empleados canarios, dándoles prioridad absolutamente en todo, incluso puntuando su participación por encima de los foráneos», dos de los «argumentos» que sus representantes pusieron de manifiesto durante la presentación de las siglas, allá en noviembre de 2010, cuando, por cierto, renegaban de la coalición.
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