El barco ruso hundido en el Volga iba sobrecargado y tenía una avería

Asimismo, el ministro de Protección Civil, Serguéi Shoigú, informó al presidente Dimitri Medvédev de que a bordo viajaban 208 personas, 50 más del límite establecido. Muchos no figuraban registrados oficialmente como pasajeros y había no menos de una treintena de niños, que se hallaban en un compartimiento para juegos de una de las cubiertas.

El número de supervivientes es de 79 y parece que la cifra es inamovible. «Dudo de que quede alguien con vida», dijo Shoigú a Medvédev durante una reunión en la que también participaron el fiscal general, y los ministros de Transporte y Sanidad. Al comienzo del encuentro guardaron un minuto de silencio.

El barco estaba subarrendado y el armador y los arrendadores se echan unos a otros la culpa de las averías. Tatiana Komarova, jefa de los encargados de cubierta y una de las supervivientes, aseguró a Itar-Tass que el crucero zarpó escorado hacia estribor y el capitán decidió suspender la travesía, pero cambió de idea, al parecer por las presiones de la fletadora.

El motor izquierdo estaba inutilizado y, al cargarse el combustible en el lado derecho, la embarcación navegó todo el tiempo inclinada. Fue precisamente por estribor por donde zozobró y volcó antes de hundirse en tan sólo tres minutos. Según el responsable regional de Protección Civil, Ígor Panshin, el agua entró de inmediato por las escotillas de la bodega, abiertas debido a que el navío carecía de aire acondicionado. El fuerte viento, la lluvia y el oleaje hicieron el resto.