Toni Hill y las nuevas huellas del crimen «made in» Barcelona
El escritor se estrena con «El verano de los juguetes muertos», un «thriller» con vocación superventas
DAVID MORÁN
A Toni Hill (Barcelona, 1966), traductor de profesión y entusiasta seguidor de Dennis Lehane, Harlan Coben y Peter May, se le encendió la bombilla el día que se dio cuenta de que las calles de Barcelona, las de ahora, se habían quedado sin ... detective que las patrullase. O, mejor dicho, no todas las calles, sino aquellas que no suelen aparecer en la ficción y que acostumbran a quedar eclipsadas por el magnetismo canalla del Raval y los oropeles del paseo de Gracia. «No todos vivimos delante de la Sagrada Familia», bromea Hill. Y es precisamente ese querer mostrar la ciudad del 2010 con sus tripas y costuras unido a su pasión por el thriller lo que le ha llevado a escribir « El verano de los juguetes muertos» (Debolsillo-Mondadori), debut literario que en pocas semanas le ha convertido en uno de los candidatos a revelación de la temporada. No en vano, el libro empezó a hacer la calle a principios de mes y, para pasmo de su autor, lleva ya una decena de traducciones contratadas.
El libro lleva ya una decena de traducciones contratadas
Todas esas traducciones servirán para trasladar a múltiples idiomas las pesquisas de Héctor Salgado, un inspector hispano-argentino de los Mossos al que conocemos apartado temporalmente del servicio e investigando la muerte de un niño bien de Pedralbes. Tampoco aquí acaba de comulgar Hill con los tópicos ya que Salgado pasa por ser un inspector bastante normal pese a que su vida personal roza lo desastroso. «Está un punto intermedio. Si la novela retratase su vida un año antes estaríamos hablando de un personaje más positivo», explica Hill al tiempo que desvela que si escogió un protagonista argentino fue para poder contemplar la ciudad «con un punto de distancia».
Cualquier cosa con tal de anudar ciudad y thriller en una palpitante novela que atraviesa temas como la brujería, la trata de blancas, la verdad y la justicia para acabar desembocando en lo que, explica Hill, es el gran epicentro del libro: las relaciones paternofiliales. «Creo que sin querer me ha salido una novela sobre los modelos de familia y sobre cómo los padres se preocupan por si han educado bien a los hijos», explica.
Aún así, Hill asegura que su intención al ponerse a escribir no era otra que hacer «una novela policíaca entretenida y atrayente». Una novela que, dicho sea de paso, ya cuenta con una segunda parte en camino. Eso sí: este autor barcelonés con nombre de pseudónimo todavía no tiene muy claro si «El verano de los juguetes muertos» significa el nacimiento de un saga protagonizada por el inspector Héctor Salgado. «Me da la sensación de que las sagas tienen personajes muy neutros», señala.
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