Bradley Cooper: «No pensé que ésta iba a ser mi gran oportunidad»

«Sin Límites» está protagonizada por Eddie Mora, un escritor fracasado que un buen día se cruza con su ex cuñado, él le descubrirá un nuevo mundo gracias a unas exclusivas pastillas que permiten usar el cien por cien de la capacidad del cerebro —lo habitual según los estudios es el quince por ciento—. Esto pondrá al alcance de Morra un futuro sin límites, en el que la ambición y el dinero convivirán con la mafia rusa y su propia autodestrucción…

Bradley Cooper reconoce que lo que más le atrajo del proyecto fue el guión de Leslie Nixon, basado en la novela de Alan Gyln «The Dark Fields». «Es trágico, tiene humor, da miedo… —resume—. Me encantó sobre todo la escena en la que tiene que beber sangre, clave de la película, pero también el Eddie del principio. Era muy divertido interpretar a alguien que está siempre abandonado», explica el actor que debutó en televisión con la serie «Sexo en Nueva York» (1999).

Después llegarían pequeños papeles en el cine en comedias como «Wedding Crashers», «Failure to Launch» y «He's Just Not That Into You». Su primer gran éxito llegaría en 2009 con «The Hangover» («Resacón en Las Vegas»). También ha protagonizado la versión cinematográfica de «The A-Team». La película «Sin límites» supone su primer gran proyecto como protagonista.

—¿Ésta es solo una película de entretenimiento, sobre la ambición y las drogas, o contiene una moraleja?

—Tiene dos niveles. En primer lugar, es entretenimiento durante hora y media; pero por otro lado es un tema que provoca discusiones y polémica y hace pensar sobre diferentes aspectos, como el uso que se puede hacer de la drogas, pues el final es ambiguo. Además creo que el argumento es bastante creíble. Un día se podría fabricar un fármaco así, entonces ¿qué pasaría? ¿cómo se regularía?

- Después de una persecución obsesiva durante años, ha conseguido, finalmente, trabajar con Robert de Niro. ¿Cómo ha resultado la experiencia?

—Sí, estoy muy contento. Quizá lo hizo para que le dejara en paz (se ríe). Se convirtió en un amigo, es una persona estupenda. Me sentí muy cómodo. Fueron las dos semanas más fáciles que he tenido durante un rodaje.

—La acción de la película y los diálogos son muy rápidos, y la estética a la hora de filmar imprime aún más esa sensación, incluso el rodaje fue a gran velocidad… ¿Qué es lo que le resultó más difícil de este trabajo?

—La velocidad para mí no es problema, pues algo que siempre me reprochan es que voy muy rápido, incluso que hablo demasiado rápido… Lo que sí fue difícil es que Eddie cambia mucho de escenario durante el filme, y el rodaje no se hizo de manera cronológica por lo que había que concentrarse mucho para no perder el personaje.

—Eddie Mora pasó de ser un escritor fracasado a un ambicioso y exitoso broker, ¿qué le gustaría ser a usted si tuviera la posibilidad de tomar una de esas pastillas?

—Haría lo que Eddie, aprender idiomas y también a tocar instrumentos… Lo que me gusta de Eddie es que no está muy claro lo que tiene en mente. Cuando sale del agua en México tiene un proyecto pero necesita dinero. Doce meses después no lo ha llevado a cabo, pero piensa que todavía es posible. Y no, yo no sería un broker (risas).

—¿Esperaba tanto éxito con la película «Resacón en Las Vegas»? ¿Qué ofrecerá la segunda parte que se estrena en mayo?

—En un principio parecía una comedia diferente, y nada más. Nadie esperaba que se convirtiera en una de las comedias más taquilleras de todos los tiempos. La segunda parte tiene premisas similares aunque no es más de lo mismo. A ver cómo la recibe la gente, eso es algo que nunca se sabe. En «Sin límites» yo pensaba que era una buena película y ya está, pero en pocas semanas se ha convertido en número uno en Reino Unido y en Estados Unidos... Es algo sorprendente para una historia un poco rara. Ha llegado mucho más lejos de lo que yo hubiera imaginado. Pensaba que era una pequeña película para festivales, no que iba a tener este lanzamiento internacional. Cuando los productores vieron el resultado final decidieron un lanzamiento a lo grande. Al principio, no pensé que ésta era mi gran oportunidad, sin embargo, al empezar a leer la prensa todo el mundo lo decía y me puse nervioso. Hasta entonces había estado tranquilo.