Tomás Gómez ejecuta su venganza

Ni uno ni otro dieron ayer su brazo a torcer. En esencia, el líder del PSM no contempla «desde ningún punto de vista» la posibilidad de que Ferraz le desautorice la lista, y reclama al candidato socialista al Ayuntamiento de Madrid que diga «qué nombres le sobran». Con esto Gómez volvía a hacer una demostración de músculo. El secretario de Estado para el Deporte, por su parte, tras pedir el lunes amparo por carta a la Federal, insistió en acogerse al «derecho que tiene el candidato a conformar equipos».

Los dos se mostraron firmes en sus posturas en un día donde Gómez fue el primero en mover ficha. Así, en la rueda de prensa ofrecida por la mañana en la sede de Callao, mandó el siguiente mensaje a Lissavetzky: «cuando Ferraz le trajo a Madrid fue para ayudar a ganar las elecciones, no para dividir a los socialistas madrileños, ni para hacer oposición a la Ejecutiva regional». El líder del PSM le recordó al secretario de Estado para el Deporte que los hombres y mujeres que forman la lista para el Ayuntamiento «son los mejores» y que si no está conforme, «debería decir quién no le parece tan bien». «Estoy seguro de que Jaime Lissavetzky, que es un hombre serio y responsable, cuando se siente diez minutos y reflexione verá que es la mejor candidatura para ganar», argumentó ante las insistentes preguntas de los periodistas. «Estoy seguro de que lo va a entender», añadió, sin querer aclarar si se habían barajado otros nombres en las distintas reuniones mantenidas entre ambos. «Eso tendrá que explicarlo él», contestó.

Gómez también dijo estar seguro de que Lissavetzky «no se va a retirar» de la lucha por la alcaldía e hizo hincapié en que «no hay que leer la candidatura en otra clave que no sea la ciudad de Madrid porque las Primarias están enterradas y pasadas».

Tras estas declaraciones, todo el morbo informativo estaba concentrado en el encuentro entre ambos que tuvo lugar por la tarde durante el homenaje a Tierno Galván en el Círculo de Bellas Artes de Madrid (CBA). A su llegada Lissavetzky, pese a mostrar su evidente disconformidad, se mostró más cauto que Gómez ante los medios de comunicación congregados a su llegada. Ante ellos reivindicó su derecho a formar un equipo y, como viene haciendo estos dos últimos días, dejó una puerta abierta a seguir dialogando con la Ejecutiva regional de su partido, esto es, con el líder del PSM.

El aspirante a la alcaldía intentó matizar que «está de acuerdo con todos los nombres de la candidatura» y que el «desacuerdo» con la Ejecutiva regional viene dado porque «faltan» algunas personas. «Me gustaría, en algunos aspectos, añadir algún nombre», explicó el también secretario de Estado para el Deporte después de revelar que tenía en mente a personas del mundo de la cultura, del urbanismo, incluso «algún independiente» con los que ya había mantenido contactos.

Eso sí, recalcó que las afirmaciones del secretario general de los socialistas madrileños en las que se insinuaba que él había venido a Madrid para crear división le parecían «injustas», y que el único motivo para regresar a la capital era conseguir «buenos resultados para el partido». «Me han molestado, porque cualquiera que me conoce sabe que he tenido una vida orgánica importante en el PSM pero que eso es una etapa pasada. He venido a Madrid a tener buenos resultados y no tengo ningún interés orgánico, ningún interés desde el punto de vista interno», insistió.

Por segundo día consecutivo también, Lissavetzky volvió a dejar claro que seguirá siendo el candidato. «Eso es firme, firmísimo, me lo he ganado. He tenido primarias en el sentido de que no se ha presentado otro candidato y he recogido todas las firmas necesarias. Voy a seguir al frente de la candidatura», concluyó.