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RUPTURA TOTAL

Tomás Gómez dinamita la lista de Lissavetzky

El líder del PSM le impone el 70% de los nombres y el candidato al Consistorio solicita amparo por escrito a la Ejecutiva Federal

ÁNGEL DE ANTONIO

CARLOTA FOMINAYA

El líder de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, impuso ayer a Jaime Lissavetzky, candidato al Ayuntamiento, 14 de los 20 nombres de su lista electoral. La mayoría de los «elegidos» dio su apoyo a Gómez durante las primarias que le enfrentaron con Trinidad Jiménez. A poco más de tres meses de los comicios, la decisión ha destapado la caja de los truenos en el PSM, que vivió una jornada de guerra abierta. La monumental bronca tardó poco en trasladarse a la dirección nacional socialista.

En principio estaba previsto que la lista del PSOE al Ayuntamiento se conociera ayer, y así lo esperaban desde las 13.00 horas en el entorno de Lissavetzky. Pero al final no hubo acuerdo, sino una monumental bronca entre Gómez y Lissavetzky ante las imposiciones del primero, que sólo concede al hoy candidato socialista al Ayuntamiento seis personas de su confianza.

Así, junto al único nombre que se conocía, el de la senadora Ruth Porta (que va de número dos), la lista que le fue entregada al entorno de Lissavetzky le indicaba los pocos puestos que le correspondían a partir del número 8 con un simple «Jaime». Entre ellos se encuentran de momento Marcos Sanz, jefe de campaña de Lissavetzky, en ese octavo puesto; el concejal Pedro Zerolo, que iría de número diez; Julia Martínez-Torales, en el catorce; Pedro Santín, en el dieciséis, y Manuel García Hierro, en el diecinueve.

«Tomasistas»

El resto de nombres —y aquí es donde estaría el «quid» de la cuestión— son personas que apoyaron a Gómez durante el proceso de primarias que atravesó el partido en Madrid. Entre ellos destacan Diego Cruz, miembro del Comité Electoral del líder del PSM y que iría de número tres; la concejal Noelia Martínez, en cuarto puesto, y el vicepresidente segundo de la Mesa de la Asamblea, Francisco Cabaco, de cinco. Sin duda, también «tomasistas» son los concejales Ana de Sande (de seis), Pablo García Rojo (de siete), Carmen Sánchez Carazo (de nueve) o Gabriel Calles (de once), entre otros.

La situación hizo que Lissavetzky se viera ayer obligado a solicitar amparo a la Federal, que es quien tiene la última palabra. A última hora de la tarde, remitió una carta al secretario general del PSM, con copia a Marcelino Iglesias, secretario de Organización del PSOE, y a Antonio Hernando, responsable de Política Municipal del PSOE; en ella recordaba que, según los estatutos del partido, hay que elaborar una lista de acuerdo con el candidato.

En la misiva, a la que ha tenido acceso ABC, Lissavetzky apela al artículo 72 del Estatuto de Cargos Públicos, en el que dice que «no se puede aprobar candidatos sin que haya acuerdo con el cabeza de lista»; en este caso, él mismo. En la carta pide que, como no se ha producido ese acuerdo, se suspendan los procedimientos previstos hasta que se pueda alcanzar el imprescindible consenso.

De hecho, Lissavetzky alega que no se puede votar una lista cuando no está consensuada, y apela a Ferraz «para poner luz». En ella se expresa así: «Estimado compañero: como tienes plena constancia, tras las largas reuniones que han culminado esta mañana, ha sido imposible alcanzar un acuerdo sobre la candidatura de la ciudad de Madrid que voy a encabezar el próximo 22 de mayo».

En cualquier caso, el director de la oficina electoral de Jaime Lissavetzky, Marcos Sanz, aseguró a ABC que este «sigue siendo el candidato» y que «se continuará con el diálogo hasta llegar a una lista consensuada». «La puerta está abierta. Seguiremos negociando una lista consensuada hasta la extenuación», recalcó.

Seguimiento de plazos

Una visión muy diferente es la que mostró Diego Cruz, miembro del Comité Electoral del Partido Socialista de Madrid, que sostuvo, en declaraciones a Ep, que lo que se está haciendo es seguir los plazos fijados. Después de insistir en que la lista ha sido aprobada por asentimiento, sin ningún voto en contra «y sin abstenciones», Cruz señaló que lo que dicen los reglamentos es que se debe procurar un consenso con el candidato, para confirmar, a renglón seguido, que se ha llevado a cabo un largo proceso de diálogo con él.

También señaló que el porcentaje dado a Lissavetzky con esta lista es mayor que el que en su momento se dio a otros candidatos, como a Fernando Morán, siendo secretario general de la entonces FSM el secretario de Estado para el Deporte, o a Miguel Sebastián. «Esta aproximación de la Ejecutiva para dar acomodo al candidato es mayor a la de otros tiempos», declaró Cruz.

La cuestión es que la actual lista del Ayuntamiento parece sin dudas un intento por parte del secretario general de los socialistas madrileños de dejar claro quién manda en Madrid. Quizás en vano, porque a la espera de lo que dictamine la Federal diversas fuentes presentes en la reunión de la Ejecutiva aseguran que ya ayer se produjeron varias intervenciones durante la reunión que manifestaron su abstención ante la lista. Una de las más llamativas fue la del presidente de la Federación de Municipios y Provincias y alcalde de Getafe, Pedro Castro, quien dijo que imponer este tipo de lista «era hacer daño al partido».

Por otra parte, tres de las agrupaciones que debían votar la lista (Barajas, Villa de Vallecas y Retiro) no lo hicieron y Carabanchel, por su parte, la impugnó.

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