El pop tropieza con el celo municipal
La banda irlandesa U2 paga 18.000 euros de multa por el «ruido» de sus ensayos en Barcelona en 2009
D. MORÁN
Tampoco hace tanto que Barcelona, tan encantada siempre de haberse conocido, presumía de ser un ombligo cultural de primer orden en el que el mundo no tenía más remedio que fijarse. ¿Quién no recuerda el arranque de la gira de reunión de Bruce Springsteen y ... la E Street Band en 1999 el Palau Sant Jordi? ¿O el aparatoso desembarco de la MTV en 2002 con sus premios, su alfombra roja y su carrusel de celebridades? Y eso por no hablar del repunte de popularidad internacional que vivió la ciudad cuando Woody Allen decidió rodar en la capital catalana «Vicky Cristina Barcelona».
¿Más ejemplos? Ahí está el nombre de la ciudad incrustado en el título del DVD que Springsteen grabó en el Palau Sant Jordi y publicó en todo el mundo coincidiendo con la gira de «The Rising», las toneladas de titulares en los que el nombre de Madonna aparecía al ladito del de Barcelona cuando la británica inauguró su «Drowned World Tour» de 2001 en la capital catalana... Buscando y rebuscando encontramos incluso una banda —sueca, para más señas— que responde al nombre de I'm From Barcelona y con la que el ex alcalde de la ciudad, Joan Clos, no dudó en retratarse coincidiendo con una actuación del grupo en el festival Primavera Sound.
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No hay que ser un experto en márketing para convenir que ejemplos como los anteriores pueden funcionar mejor que cualquier campaña de promoción exterior de la ciudad generando titulares, curiosidad y, a la larga, posibles visitantes. Una promoción exterior impagable que, sin embargo, se ha topado en los últimos meses con un par de obstáculos. Y no unos obstáculos cualquiera.
Así, si hace apenas una semana saltaba la noticia de que el Ayuntamiento barcelonés estudiaba multar a la cantante Shakira por bañarse en una fuente de la ciudad y circular en moto sin casco mientras rodaba un videoclip, ayer se supo que los irlandeses U2 ha tenido que pagar al consistorio una
multa de 18.000 euros por el ruido derivado de los ensayos del «360 Tour», gira mundial que arrancó en el Camp Nou el 30 de junio del año pasado.
A la cantante colombiana se le recrimina «que no predique con el ejemplo al no llevar caso en la moto y entrar en una fuente a bañarse» sin haber pedido el correspondiente permiso, mientras que a la banda liderada por Bono se le impuso la multa de 18.000 euros por incumplir los horarios de los ensayos previos a las actuaciones y superar el límite de decibelios permitidos.
En ambos casos, lo excepcional de la situación y la repercusión mediática podrían haber llevado al Ayuntamiento a hacer la vista gorda, pero, como suele decirse, la ley es la ley. De hecho, la productora Doctor Music, responsable de los conciertos de U2 en Barcelona, ha pagado la multa sin rechistar y sin presentar recurso alguno.
Otra cosa es que, llegado el momento de emprender una nueva gira mundial, la banda irlandesa vuelva a escoger la capital catalana como casilla de salida. O que, llegado el momento, alguna estrella internacional se lo piense dos veces antes de desplazarse a la ciudad para rodar un viodeoclip.
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