Un sicario mató a monseñor Romero hace 30 años por 114 dólares
El presidente Mauricio Funes encabeza hoy varios actos para conmemorar el 30 aniversario del asesinato del arzobispo Óscar Arnulfo Romero , un crimen que aún es una tarea pendiente del Estado, según coinciden varios sectores.
"Existe una necesidad de investigar y determinar quiénes ... son los responsables y hacerlo públicamente para tranquilidad de todos. Sobre esa verdad yo creo que en El Salvador no se ha hecho prácticamente nada", declaró a Efe Almudena Bernabeu, del Centro de Justicia y Responsabilidad (CJA).
Esa entidad, con sede en Estados Unidos, lleva el caso de Romero y consiguió en 2004 la única sentencia contra uno de los implicados, el capitán Rafael Álvaro Saravia , condenado a pagar 10 millones de dólares y que actualmente está prófugo de la Justicia estadounidense.
" El caso no está cerrado , nunca se cerró ni la investigación, ni por supuesto el resultado", declaró Bernabeu, abogada española, al agregar que la sentencia "está sin haberse ejecutado".
La letrada afirmó que mantienen la promesa que le hicieron en vida a María Julia Hernández, directora de Tutela Legal del Arzobispado, de "llevar esto todo lo lejos" posible para dar con la "autoría intelectual".
Asesinado el 24 de marzo de 1980
Romero fue asesinado el 24 de marzo de 1980 por un desconocido que le disparó en el pecho mientras oficiaba una misa en una pequeña capilla de San Salvador, y actualmente se mantiene la incógnita sobre los hechos y sus autores.
"Yo no lo maté" , declaró Saravia en una entrevista difundida esta semana por el diario digital salvadoreño " El Faro ", quien sobre el autor del crimen dijo que es "un indio, de los de nosotros".
La Comisión de la Verdad que investigó los crímenes de la guerra civil consideró que existía "plena evidencia" de que el asesinato de Romero fue ordenado por el ya fallecido Roberto D'Aubuisson , fundador de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), partido que gobernó El Salvador de 1989 a junio de 2009.
El único condenado añadió que "el tirador no salió del equipo de D'Aubuisson sino del otro conspirador: Mario Molina , hijo del ex presidente Arturo Armando Molina (1972-1977). Mario Molina aportó el asesino, el arma y el equipo de seguridad".
«Yo personalmente entregué al asesino los mil colones»
Saravia también declaró al diario que "no conocía al tirador. Ese día lo vi yo en el carro y después le fui a entregar yo personalmente los mil colones (unos 114,2 dólares al cambio actual )".
El diario digital citó, además, declaraciones del padre Jesús Delgado, biógrafo de monseñor Romero, quien asegura que D'Aubuisson fue sólo una pieza operativa, no el inductor del asesinato. "D'Aubuisson sí participó, pero no lo ordenó", afirmó.
Al respecto, Bernabeu aseguró que los inductores no están totalmente identificados.
"Este es un caso que está abierto y va a estar abierto durante mucho tiempo hasta que sepamos de la autoría intelectual o hasta que se anime el Estado salvadoreño a investigarlo", agregó.
Benjamín Cuéllar, del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana, declaró a Efe que "un paso fundamental para que esto no quede impune es establecer la verdad y señalar a los responsables, que tengan la oportunidad de pedirle perdón a las víctimas, que no sólo son los familiares, sino toda la sociedad salvadoreña".
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