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Impiden a una mujer turca acceder con vino a un barco en Estambul por el Ramadán

Se multiplica el número de incidentes en los que islamistas increpan o maltratan a mujeres por su ropa

Impiden a una mujer turca acceder con vino a un barco en Estambul por el Ramadán reuters

daniel iriarte

« Un musulmán piadoso es alguien que no toma alcohol ni consume cerdo. Un islamista es alguien que quiere que los demás tampoco lo hagan », escribía recientemente el columnista turco Burak Bekdil, ante la creciente ola de conservadurismo social –« intrusivo », a juicio de muchos- que recorre Turquía. El último episodio saltó a la luz ayer, cuando la compañía privada de ferries IDO, que opera en Estambul, se vio obligada a disculparse por el comportamiento de un empleado.

Según han publicado los medios turcos, una mujer llamada Ceren Sungu fue increpada esta semana por un encargado de seguridad de la compañía por llevar cuatro botellas de vino , algo que el hombre consideró ofensivo durante el Ramadán. En último término, el empleado impidió a la mujer, de muy malos modos, acceder al barco que viajaba a las Islas Príncipe, en el mar de Mármara.

Ayer, la compañía IDO confirmó el incidente, pero aseguró que se trató de un « malentendido » de responsabilidad individual, y no una política de empresa. «IDO no tiene restricciones contra las botellas sin abrir de cualquier bebida. Se ha abierto una investigación tras la aparición de estos informes, y las acciones del guardia de seguridad están siendo investigadas por nuestra administración. Pedimos disculpas al cliente perjudicado por este incidente», dijo en un comunicado.

No es el único suceso de este tipo que ha tenido lugar en los últimos meses en Estambul. En junio, una joven de 21 años llamada Yagmur Yilmaz denunció que un grupo de unos quince «fanáticos religiosos vestidos con burkas, capas y turbantes” le habían impedido montarse en un autobús debido a su ropa. Yilmaz asegura que iba vestida con un pantalón de chandal y una camiseta, pero a pesar de ello, las mujeres del grupo le gritaron: «Vamos a pecar si te montas en el autobús, ¡nos estás forzando a pecar!». Un hombre espetó: « Mírala, su cabeza va descubierta, ¡vergüenza! », relata la muchacha.

Hace un año, otra joven, la jugadora de voleyball Nurcan Ibrahimoglu fue agredida por un hombre en otro autobús, que inició una discusión porque su ropa –los pantalones cortos reglamentarios en este deporte- « corrompía la moral de la gente ». Cuando ella le respondió enfadada, el hombre le partió el labio de un puñetazo, según el relato de la chica. Estos hechos son los que han recibido una mayor atención mediática, pero ABC ha constatado que episodios así –en los que mujeres, a menudo extranjeras, son increpadas o maltratadas por su vestimenta- se producen frecuentemente en Estambul, especialmente en los barrios más conservadores.

Para evitar este tipo de incidentes, algunos islamistas han ideado una « solución »: establecer autobuses «rosas» solo para mujeres. El Partido de la Felicidad (más radical que el gobernante AKP) envió el pasado junio sesenta mil firmas a la municipalidad de Estambul, solicitando la implantación de este servicio, sin que, por ahora, las autoridades se hayan pronunciado al respecto.

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