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Peligroso encierro de los Miura con cinco corneados, dos muy graves

El sexto encierro de los Sanfermines 2009, corrido con reses de la ganadería sevillana de Miura, ha sido el más largo y peligroso de las fiestas, de cinco minutos de duración, y ha tenido como protagonista al toro llamado "Ermitaño", que ha propinado varias cornadas a lo largo del recorrido.

Este toro se quedó rezagado desde la curva de Mercaderes y en su trayecto hasta la plaza protagonizó los momentos más dramáticos, especialmente en la entrada al callejón de la plaza, donde se cebó con un mozo, al que corneó y volteó en varias ocasiones.

Tras el lanzamiento del cohete a las ocho en punto de la mañana precedido de los tradicionales cánticos al santo, los miuras abandonaron los corrales de Santo Domingo hermanados y con tres mansos en cabeza y así hicieron los primeros metros del encierro hasta hacer el primer contacto con los mozos.

Este encuentro de toros y mozos tuvo lugar sin problemas, aunque ya en este punto un toro se encontraba en cabeza junto a los cabestros por la parte derecha, donde uno de los miuras volteó a un corredor, pero siguió la marcha junto a sus hermanos.

Todavía agrupada aunque con uno de los astados algo rezagado, cruzaron la plaza del Ayuntamiento sin prestar prácticamente atención a los corredores, como suele ser habitual en esta ganadería, razón por la que es la elegida para los encierros de los domingos debido a la masiva afluencia de corredores en fin de semana.

En la calle Mercaderes, donde uno de los astados empitonó a un mozo en el cuello, resbaló y cayó al suelo uno de los animales, un cárdeno oscuro, y algo más adelante, en la curva de acceso a la calle Estafeta, el choque de uno de los toros contra el vallado provocó la caída de tres de sus hermanos.

A partir de este punto, no sólo la manada se rompió definitivamente, sino que "Ermitaño", de 575 kilos, se despistó e hizo ya el resto de la carrera en solitario, creando numerosos incidentes.

Mientras tanto, tres de sus hermanos recorrían la calle Estafeta con cuatro cabestros, seguidos a unos metros de otros dos miuras acompañados por el quinto manso, todos ellos entre una gran multitud de personas, lo que hizo que se produjeran muchas caídas e incluso algunos montones de corredores.

De la misma forma, el grueso de la manada siguió por los tramos de Telefónica y el Callejón hasta entrar en la plaza y los chiqueros, mientras el cárdeno rezagado daba lugar a momentos dramáticos al girarse en varias ocasiones y arremeter contra los mozos, que se esforzaban en citar al astado para conducirlo hacia la plaza.

Los momentos de mayor tensión se produjeron en los tramos de Telefónica y la entrada al Callejón, donde ni pastores ni corredores pudieron evitar que "Ermitaño" se lanzara en repetidas ocasiones contra el vallado y los mozos.

El peor parado fue un corredor con el que el astado se cebó durante unos momentos dramáticos y al que corneó, le volteó en el aire después de levantarlo del suelo con los cuernos e incluso consiguió llevárselo hacia atrás varios metros, hasta que otros corredores consiguieron retirarlo a rastras.

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