Cinco playas únicas: un baño de 2.000 años de historia junto a yacimientos romanos
En Tarragona o en Cádiz. En Murcia, Alicante, Gerona... Estos destinos invitan a la playa, ahora que empieza el verano, pero además a aprender un poco de historia entre baño y baño
Grandes ciudades de la península que desaparecieron para siempre
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Iniciar sesiónCuando llega el momento de escoger un destino para las vacaciones muchos son los viajeros que se debaten entre una escapada de pura desconexión en una playa, si es salvaje y poco masificada mejor, o una que incluya visitas culturales a diferentes monumentos. ... Pero, ¿por qué elegir entre una u otra cuando se pueden tener las dos cosas al a vez? España puede presumir de contar con diferentes arenales junto a los que se encuentran algunos de los restos romanos más destacados del país, perfectos para visitar después del baño. La playa de Bolonia y Baelo Claudia en Cádiz, el Conjunto del Alamillo en Murcia, la playa del Miracle y el anfiteatro romano de Tarragona... Estas son cinco opciones, recopiladas por Yescapa, empresa de alquiler de autocaravanas y camper.
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Playa y conjunto del Alamillo, Puerto de Mazarrón (Murcia)
La del Alamillo es una playa semiurbana con una longitud de 600 metros de arena y piedras y aguas frías y tranquila. Debido a su cercanía con la carretera suele tener una ocupación media-alta. Cuenta con todo tipo de servicios como alquiler de motos acuáticas, aseos, área de picnic, primeros auxilios y socorrismo, zona de juegos para niños y alquiler de hamacas y sombrillas.
En el entorno del Puerto de Mazarrón está el Conjunto del Alamillo en el que se pueden identificar tres instalaciones romanas de los siglos I y II a.C. De época republicana se han documentado los restos de un santuario con una vía sacra de acceso y un conjunto de habitaciones. Además, hay una balsa romana de distribución de agua de forma rectangular, de la que se conocen sus correspondientes acueductos de entrada y salida, y una villa en la que se ha diferenciado dos zonas, una residencial con sus termas y otra industrial, la única visitable, en la que hay varias piletas que estaban destinadas a la fabricación de salazones.
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Playa de Bolonia y Baelo Claudia, Cádiz
A unos 15 minutos en coche de Tarifa (Cádiz), en los límites del Parque Natural del Estrecho, está la playa de Bolonia, un arenal casi salvaje de unos 4 kilómetros de largo y unos 70 metros de ancho bañado por aguas cristalinas en el que merece la pena darse un baño. Además, situadas en una zona rocosa al este hay unas piscinas naturales perfectas para bañarse cuando la marea está alta. Otro de los atractivos naturales de este lugar es la gran duna de 30 metros de altura, declarada Monumento Natural.
Junto a la playa está el conjunto arqueológico de Baelo Clauida, una ciudad romana fundada en el siglo II a.C. que representa el conjunto urbano más completo de toda la península ibérica ya que aquí se pueden ver los elementos más representativos como son el foro, los templos, la basílica, el teatro, el mercado o las termas. Cabe destacar que se trata de uno de los espacios históricos más visitados de Andalucía -más de 100.000 visitantes al año-. Antes de adentrarse en él es recomendable pasar por el centro de interpretación situado justo al lado para conocer a fondo su historia.
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Playa del Miracle y el anfiteatro romano, Tarragona
La playa de arena fina y dorada del Miracle, que tiene cerca de 650 metros de longitud, es una de las más animadas y concurridas del litoral tarraconense debido, sobre todo, a su proximidad con el centro histórico. Las aguas son cálidas y tranquilas, lo que la convierte en una opción perfecta para toda la familia. Además, dispone de todos los servicios básicos como salvamento, accesibilidad para personas con movilidad reducida, duchas, un bar, zona de aparcamiento y espacios adaptados para juegos infantiles. Muy cerca de aquí está también el puerto deportivo.
A menos de 500 metros de la playa está el anfiteatro romano de forma ovalada edificado en las propias formaciones rocosas del litoral a principios del siglo II d.C. Con unas dimensiones de 130 por 102 metros, podía acoger hasta 14.000 personas que asistían a luchas de gladiadores y otros espectáculos. La excepcionalidad de este monumento es que sobre él se construyó una basílica en el siglo VI y una iglesia románica en el siglo XII.
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Illeta del Banyets, Campello (Alicante)
Situada en El Campello, a unos 9 kilómetros de la ciudad de Alicante, está La Illeta dels Banyets, una zona de baño que rodea el yacimiento arqueológico del mismo nombre, una península que se separó del territorio a causa de un terremoto y que en 1943 se volvió a unir a la tierra para formar un espigón natural. Aquí se pueden ver restos de la prehistoria, la Edad de Bronce o la Época Medieval, así como unas pequeñas termas que pertenecían a una villa romana agrícola desaparecida. También de esta época son unas balsas que ofrecen aguas cristalinas para refrescarse y que se cree fueron piscifactorías, los Baños de la Reina, nombre que según cuenta la leyenda viene de una reina mora que las mandó crear para poder bañarse lejos del oleaje.
La zona apta para el baño de La Illeta incluye una plataforma rocosa y una cala de cantos que une el yacimiento con la tierra firme. Además de ser una de las más bonitas de Alicante es perfecta para practicar snorkel y buceo.
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Complejo greco-romano de Ampuriabrava, Gerona
Les Muscleres, situada a dos kilómetros del casco urbano de L'Escala y rodeada por un gran pinar, es una playa de arena fina de unos 420 metros de longitud y escasa pendiente de entrada al mar, lo que hace que sea muy frecuentada por familias con niños. Cuenta con una gran variedad de servicios como bar y restaurante, duchas y aseos, servicio de socorrismo y alquiler de hamacas.
Justo enfrente están las ruinas de Ampurias, el único yacimiento arqueológico de la Península Ibérica donde conviven los restos de una ciudad griega con los de una romana. El primer establecimiento de los griegos fue en siglo VI a.C. en una pequeña isla frente a la costa del golfo de Roses, aunque luego se desplazaron a tierra firme para fundar lo que se conoce como la Neápolis, ciudad nueva. Fue en el año 218 a.C. cuando el puerto emporitano sirvió de punto de entrada a la Península para las tropas romanas en su lucha contra el ejército cartaginés. De esta época destacan la Domus 1 con los mosaicos que decoraban el suelo, la Insula 30 (zona ocupada por las termas públicas de la ciudad), el foro, los restos de la basílica y la curia y las tabernae o tiendas.
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