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¿De dónde salen los tomates de Buñol? Esta es la empresa que busca los 130.000 kg de la fiesta
Este miércoles, tras el parón de la pandemia, se celebra la 75 edición de la Tomatina de Buñol en la que se utilizarán 130.000 kilos de tomates pera reunidos por una empresa de un pueblo de Castellón
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Iniciar sesiónEl 31 de agosto, tras dos años de doloroso silencio, vuelve a Buñol (Valencia) una de las fiestas (léase también batalla) más originales, divertidas e incluso discutidas del mundo: la Tomatina, esa celebración que empezó como una pequeña gamberrada y que desde ... hace muchos años lleva la imagen del pueblo y de la zona a las televisiones de medio mundo y, por supuesto, al volcán de las redes sociales. Durante una hora, más de 130.000 kilos de tomates vuelan por las calles del municipio valenciano, hasta que una traca en la plaza del pueblo marca el final de la batalla.
Pero, ¿de dónde salen esos tomates?
De la 'munición' se encarga desde hace quince años (doce reales más tres de pandemia) una empresa familiar dedicada al negocio de frutas y verduras, Citrimed, con sede en La Llosa (Castellón), que tomó el relevo de un labrador de la zona que había llegado a la edad de jubilación. La fiesta creció y buscar más de cien mil kilos de tomates cada verano empezó a requerir una gestión más profesional. «El Ayuntamiento pide una cantidad de kilos y nosotros los buscamos», afirma Iván Fonfría, portavoz de la empresa.
El martes 30 a las ocho de la mañana llegarán a La Llosa, un pueblo de menos de mil habitantes, varios camiones -grandes y medianos- enviados por el Ayuntamiento de Buñol, que dista 75 km, en el interior de la provincia de Valencia. Esos camiones volverán con los 130.000 kilos de tomates de la fiesta, que Citrimed ha comprado este año en pueblos de Murcia, el norte de Castellón y Castilla-La Mancha.
Antes, el pasado viernes, Citrimed envió otros 1.600 kilos para la Tomatina infantil, que se celebró el sábado, en la que participaron niños de hasta catorce años.
La recolección de esos tomates ha durado unos tres días. Primero han estado en cámara y luego se sube la temperatura poco a poco, para que lleguen a la fiesta en el punto adecuado: ni excesivamente blandos ni tampoco duros, aunque Fonfría dice que «las temperaturas locas» de este año hacen que sea difícil una maduración uniforme. «Puede que haya algunos verdes», apunta.
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Este año La Tomatina de Buñol celebra su 75 aniversario y tras el parón de la pandemia el Ayuntamiento de la localidad apuesta por una fiesta nacional, europea, próxima, «puesto que los turistas que acuden en masa a nuestra fiesta proceden de países asiáticos donde sus salidas al exterior siguen estando muy mermadas», según ha dicho María Vallés, concejala de Turismo y Tomatina del Consistorio buñolense. Antes de la pandemia participaban unas 20.000 personas en esta fiesta, declarada de Interés Turístico Internacional.
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