Los diez rascacielos que más triunfan en Instagram

Con 828 metros de altura el Burj Khalifa es el edificio más alto del mundo y el corazón y alma de la ciudad de Dubái. La imponente estructura está inspirada en una flor de hymenocallis y consta básicamente de tres secciones situadas alrededor de un núcleo central. Visto desde arriba sigue el patrón de diseño de cúpula bulbosa habitual en la arquitectura islámica. Ubicado junto a The Dubai Mall, este rascacielos atrae a visitantes de todo el mundo desde su apertura en 2010 gracias a sus inigualables vistas que se pueden disfrutar desde dos miradores: At the Top, que cuenta con dos plantas situadas entre los pisos 124 y 125 y, por otro lado, una de las plataformas de observación más altas del mundo situada en la planta 148 a 555 metros de altura.

Para disfrutar de una experiencia inolvidable los visitantes pueden completar la visita con una cena en el restaurante At.mosphere, en la planta 122, o elevar aún más el listón y atreverse con The Lounge, ubicado entre las plantas 152, 153 y 154.

Construido en un tiempo récord de 410 días, el Empire State Building atrae cada año a más de 4 millones de visitantes. El que es uno de los rascacielos más míticos de la ciudad de Nueva York ofrece uno de los miradores imprescindibles para admirar su skyline. Tras la reforma realizada hace un par de años, la planta 102, ubicada a 381 metros de altura, ofrece unas vistas de 360 grados gracias a sus ventanales de suelo a techo. En los días más despejados las vistas pueden alcanzar hasta 128 kilómetros. En la planta 86 del edificio hay otro observatorio al aire libre que rodea la aguja y que brinda vistas panorámicas de Nueva York, Brooklyn, Queens y mucho más.

Ubicado en la capital de Taiwán está Taipéi 101, un edificio de 508 metros de altura que recuerda a un gran tallo de bambú, símbolo de la fortaleza eterna en la cultura oriental. Este rascacielos, que fue inaugurado en 2004, destaca por haber sido diseñado y construido para soportar grandes terremotos y los fuertes vientos de la zona. Cuenta con 106 plantas, cinco de ellas subterráneas. Esta torre es famosa por sus plataformas de observación, tanto interiores como exteriores, situadas en las plantas 88, 89 y 91. Además cuenta con un restaurante de cocina taiwanesa en la planta 86, un lugar perfecto para admirar las vistas nocturnas en un ambiente de lo más glamuroso.

El One World Trade Center, con sus 541 metros de altura, es uno de los rascacielos más impresionantes de Nueva York. Este edificio, que fue creado después de los atentados del 11S por David Childs –de la compañía Skidmore, Owings and Merrill–, está en Downtown Manhattan, justo al lado de donde antes se levantaban las Torres Gemelas. La visita a este edificio es emocionante desde el mismo momento en el que se monta en sus ascensores capaces de subir hasta la planta 102 en apenas 47 segundos. Además, las paredes proyectan un time-lapse virtual de la historia de Nueva York. Una vez arriba se puede disfrutar de una proyección de un vídeo de la ciudad para, después, bajar a la planta 100, lugar en el que está situado el One World Observatory, una ventana a la Gran Manzana con vistas 360 grados.

La Torre Willis es el edificio más característico de Chicago. Este rascacielos de 110 pisos y 442 metros de altura ostentó el título del edificio más alto del mundo desde 1973, fecha en la que terminó su construcción, hasta 1998. Su mirador Skydeck, situado en la planta 103, abrió sus puertas en 1974 y atrae cada año a 1,7 millones de visitantes. En un día despejado es posible llegar a ver hasta cuatro estados diferentes: Michigan, Indiana, Illinois y Wisconsin. Es en este espacio donde se sitúa también The Ledge, dos cubos de cristal que sobresalen casi 1,5 metros de la fachada de la torre y que se han convertido en la principal atracción de este edificio.

Las Torres Petronas, símbolo de Kuala Lumpur y sede del Petroliam Nasional Berhad –compañía petrolera nacional de Malasia–, fueron con sus 452 metros los edificios más altos del mundo de 1998 a 2004. Diseñadas por el arquitecto argentino César Pelli, cuentan con 88 pisos y están unidas por un pasadizo elevado, el Skybridge, de 58,4 metros de longitud. El diseño de cada placa del piso de la torre se basa en formas geométricas islámicas simples de dos cuadrados entrelazados que crean una forma de estrella de ocho puntas. Arquitectónicamente, estas formas representan los importantes principios islámicos de unidad, armonía, estabilidad y racionalidad. En la planta 86 de cada torre se puede encontrar una plataforma de observación que permite a los visitantes disfrutar de una espectacular vista del paisaje urbano desde más de 370 metros de altura. Además, cuentan con pantallas digitales y exposiciones que muestran la historia de estos rascacielos.

La Lotte World Tower se eleva 555 metros sobre la ciudad de Seúl con un diseño moderno inspirado en la porcelana y la caligrafía coreanas. Obra de la prestigiosa firma de arquitectura KPF, esta torre, que cuenta con la certificación LEED de oro por ser uno de los edificios más sostenibles, tiene un total de 123 plantas en las que se pueden encontrar multitud de viviendas, oficinas, un hotel de lujo, un cine y un impresionante acuario, entre otras cosas. Pero, sin duda, lo que más turistas atrae es The Seoul Sky Observatory, un mirador situado en la parte superior del edificio que ofrece vistas de 360 grados de Seúl y que cuenta con una zona con suelo de cristal para que los más valientes puedan contemplar la ciudad bajo sus pies.

Situado en el distrito financiero de Pudong, en la ciudad de Shanghái, está este rascacielos. Con sus 632 metros, en los que se distribuyen un total de 128 plantas, es el edificio más alto de China. Su forma en espiral es uno de sus grandes atractivos, como lo es su mirador Top of Shangai Observatory que situado en el piso 118 –a 546 metros de altura– ofrece unas increíbles vistas de la ciudad y al que se sube en uno de los ascensores más rápidos del mundo. Aquellos que lo visiten también pueden hacer una parada en su hall, en el que hay un área de exposición que muestra el ADN del diseño de esta torre con efectos multimedia de alta tecnología.

Situado en el número 30 del barrio Hudson Yards, al oeste de Midtown Manhattan, está este rascacielos de 387 metros de altura que acoge, principalmente, oficinas. Su popularidad en redes se debe a su mirador The Edge, una plataforma de observación al aire libre de 24 metros de superficie ubicada en el piso 100 a más de 335 metros de altura. Desde aquí se puede ver todo el horizonte de la ciudad, desde la punta de Central Park, hasta la Estatua de la Libertad y más allá. Las paredes están hechas de cristal y con una cierta inclinación, lo que produce una mayor sensación de vértigo al asomarse. Destaca, también, su triángulo de vidrio en el suelo desde el que observar las calles bajo tus pies.

Nueva York cuenta con algunos de los rascacielos más sorprendentes del mundo, entre ellos One Vanderbilt inaugurado en 2020. Esta torre de 427 metros de altura es una construcción de 67 plantas de estilo moderno obra de kohn Pedersen Fox Associates. Más allá de su altura o su arquitectura, lo que más llama la atención de este edificio su observatorio, The Summit, un espacio que ofrece una experiencia hipersensorial única con diferentes espacios.

El primer observatorio está ubicado en el piso 91 donde empieza la instalación Air, diseñada por el artista Kenzo Digital, una sala repleta de espejos que cuenta con dos niveles. El más elevado se abre en forma de balcón a su alrededor y las vistas que ofrece al Empire State, Bryant Park, Central Park y el Chrysler Building ya merecen la visita. Pero, la oferta no se acaba aquí. Lo más innovador de este edificio es la siguiente de sus atracciones, bautizada como Levitation. Se trata de unos cubos de cristal suspendidos que flotan sobre Madison Avenue a más de 300 metros de altura. También destaca Ascent, un ascensor de cristal que te eleva hasta los 368 metros por el exterior del edificio y que se detiene por unos minutos para que el visitante pueda sentir la adrenalina y coronar Nueva York. Y para terminar está Après, el bar del observatorio que permite disfrutar de unas vistas 360 grados.