La cueva entre Denia y Jávea que asombra a los turistas

La cueva está formada por una parte natural y otra artificial. La segunda deriva de la extracción de piedra tosca, una roca calcárea formada de dunas de playa hace unos cien mil años que fue utilizada para la construcción de edificios en la zona. De aquí se sacaron los sillares de la iglesia gótica de San Bartolomé de Jávea y la tosca del castillo de Denia. Estos cortes son visibles a lo largo de la gruta que tiene 400 metros de recorrido, 75 metros de ancho y una altura media de 15 metros llegando a alcanzar en algunos puntos los 40 metros. El interior se divide en diferentes salas, algunas de ellas secas, donde no penetra el agua de mar ni la luz solar. En las salas interiores se pueden observar pilas que almacenan goteos de agua dulce. Llama la atención también la piscina natural que se ha creado a los pies de la cueva, así como sus increíbles arcos.

Descubrir su historia durante la ruta resulta fascinante. En el interior de la cueva se hallaron candiles de los siglos XI-XII y una inscripción que dejaba constancia de la visita del Rey Felipe III en 1599. También sirvió de refugio marino durante la Segunda Guerra Mundial.

Lo primero que hay que saber es que en los meses de verano el acceso está limitado por lo que hay que reservar con tiempo para poder acceder. Para llegar hasta la Cueva Tallada se puede hacer tanto andando, como en kayak. La ruta de senderismo a la cueva es de complejidad media-alta, se trata de un itinerario de no más de 1,8 kilómetros, pero discurre por un acantilado por lo que si no se tiene experiencia en rutas de montaña puede generar miedo, de ahí que se recomiende no realizarla con niños pequeños. La duración de la ruta es de más o menos 45 minutos siempre que se empiece desde el punto más cercano a ella, que es al final de la calle Vía Láctea (Denia), al final de la carretera de Les Rotes. Ahí hay una zona de parking donde se puede dejar el coche.

Si se decide ir desde Jávea se recomienda llegar en coche hasta la zona del campo de tiro de Jávea o la zona del Molins para ahí coger la ruta que va a la Torre del Gerro, una pequeña torre vigía que data del siglo XVI que hay a la falda de Montgó. Al llegar a la torre hay que coger la cuesta que conduce al inicio de la ruta.

La opción más divertida para ir a esta cueva es con kayak en una excursión que puede llevar unas dos horas y media, siempre y cuando haya buena mar. Debido a que el acceso y el aforo está regulado no es posible alquilar un kayak en la zona de les Rotes, por lo que para realizar esta ruta se puede hacer con un kayak propio reservando el acceso o contratando una excursión organizada. En este caso es necesario reservar con antelación ya que se hace solo por las mañanas y en grupos muy reducidos. El precio es de unos 60 euros por persona. Así, con este paquete se navega unos 25 minutos hasta la cueva tallada. Una vez allí se deja en la piscina natural de entrada que tiene la cueva y después se hace espeleología por dentro de la cueva junto a un monitor que va contando la historia que guarda este rincón. Y como colofón se hace snorkel en la zona exterior donde se puede descubrir una flora y fauna poco conocida del mar Mediterráneo.