El Pueblo Ejemplar de Asturias que merece la pena descubrir este año

Este pueblo ocupa hoy en día lo que antaño fuese el emplazamiento del puerto medieval de Vallenarán, que se dedicaba a la caza de ballenas. Entre sus calles contrastan las pequeñas casas con huerto con los vistosos chalets de indianos, como Villa Hilda, La Casa Rico o La Casa Roja, construida en 1899 y reformada en 2006 para abrir al público como hotel rural. Lo que también llama la atención son sus numerosos hórreos, que llegan a sumar 89 y hasta 34 paneras.

Sus vecinos -poco más de 400- sostienen una escuela rural abierta desde 1923 y su economía funciona gracias al negocio maderero, pero también al metal o la construcción que secundan la tradición agropecuaria y pesquera. Es lugar de paso del Camino de Santiago, identificado como Camino del Norte, y cuenta con un alberge público para los peregrinos que cruzan por él.

Su monumento más importante es la ermita de La Regalina, construida en 1931 en el Campo de La Garita, un lugar mágico con unas vistas increíbles al mar. Fue en ese mismo año, a instancias del Padre Galo, figura clave de la literatura asturiana que firmaba sus obras con el nombre de Fernán Coronas, cuando comenzaron a celebrarse las fiestas de La Regalina. Este erudito quería convertir el sitio en un lugar de peregrinación para honrar a la patrona de Cadavedo, la Virgen de la Regla, conocida cariñosamente como La Regalina.

Así pues, cada último domingo de agosto miles de personas participan en una misa al aire libre acompañada con un desfile de romeros ataviados con la indumentaria tradicional que se mueven al ritmo de los carros del país y la música de gaitas y tambores. Galo también es conocido por la recuperación de la faliel.la, la forma de hablar asturiano en el concejo de Valdés y su casa natal, que ha sido rehabilitada para albergar una biblioteca con obras en bable y en castellano y un taller de indumentaria tradicional, es otra de las visitas imprescindibles de este rincón.

Los que vayan en busca de playas no pueden perderse la de La Ribeirona, que se extiende por 400 metros con la forma de una concha cubierta por cantos rodados y arena. Sus aguas transparentes son idóneas para el baño, la práctica del buceo y la pesca deportiva.

Además, uno no se puede ir de este enclave sin probar dos de sus productos típicos poco conocidos, la rapa o torta de maíz, cuyos ingredientes básicos son el maíz, la berza y el tocino, y el bollo dulce trenzado, popularmente conocido como alfilada.

Este no es el primer reconocimiento que recibe Cadavedo ya que en 1954 fue galardonado con el premio a Pueblo más bonito de Asturias, y no es para menos. Sus vecinos recibirán el galardón, dotado con 25.000 euros, de manos de los Reyes la jornada posterior a la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias que tendrá lugar en Oviedo el 28 de octubre.