Fiesta en Haro (La Rioja) por la nueva añada

Una buena sonrisa y un disfraz divertido son la consigna para disfrutar de una noche en la que catorce reputadas bodegas presentan las nuevas añadas y dan a degustar vinos de nueva comercialización. El aforo máximo es de 500 personas, tanto viernes y como sábado, el carnaval se iniciará a las 20.30 horas y el precio de la entrada es 12 euros. Se encuentran disponibles en la Oficina de Turismo de la localidad y en el portal www.atrapalo.com

El Carnaval del Vino de Haro es una excusa, como cualquier otra, para acercarse, pero lo cierto es que cuenta con encantos durante todo el año. Si ha oído hablar de esta bonita localidad, bañada por el río Ebro y su afluente el Tirón, posiblemente haya escuchado que tiene un barrio llamado de la Estación. En torno a él se levantan la mayoría de las bodegas centenarias de la localidad.

La leyenda no aclara si llegó primero el ferrocarril o las bodegas estaban ya instaladas y precisaron de este medio de transporte, de la línea Bilbao-Haro, que abarataba el envío del vino al extranjero desde el puerto vasco. La cuestión es que en 1863 una plaga de filoxera se extendió por Europa y los bodegueros franceses instalaron sus almacenes en La Rioja con el objetivo de exportar vino a Burdeos. La plaga arruinó los viñedos franceses y empezaron a elaborar vinos riojanos con sus técnicas. Esto supuso un gran aprendizaje para los productores locales y un impulso económico sin precedentes.

En la actualidad, muchas de estas bodegas cuentan con visitas guiadas y es una buena oportunidad para conocer de cerca su trabajo. Las hay tan impresionantes como Viña López Heredia Viña Tondonia y Roda , esta última, además, con una interesante galería de arte.

En el capítulo culinario, el restaurante Terete es una referencia desde 1877 por la menestra y el cordero asado. También resulta imprescindible callejear por la zona de La Herradura y tomar unos vinos con unos pinchos. Muy cerca, en torno a la Plaza de la Paz, que alberga el ayuntamiento y el Palacio Paternina, hay otra parada obligatoria. Se trata del Bar Benigno (Navarra, 1. 941 31 26 58) y sus famosas patatas y la oreja. Sin salir de la plaza, otro clásico es la confitería Visan y sus famosos «vistantitos». El restaurante del Hotel Los Agustinos es otra buena pista. Desde su inauguración en 1373, ha sido convento, guarnición militar, cárcel y hospital. En 1989 se convirtió en un cuatro estrellas con 62 habitaciones (desde 90 euros).

Quedan más planes, por ejemplo, visitar Lácteos Martínez , una de las dos únicas queserías riojanas que elaboran el queso Camerano, con Denominación de Origen Protegida, o admirar la comarca a vista de pájaro, es decir, en globo con la firma Arco Iris .

Por último, resulta interesante visitar el Museo Riojano de Arte Contemporáneo , en un antiguo torreón del siglo XIV, y callejear con los ojos bien abiertos para descubrir multitud de fachadas blasonadas y edificios nobles. No hay que olvidar que Haro, desde el siglo XVIII, vivió un esplendor económico que motivó la construcción de palacios como el de los Condes de Haro, de la Cruz y de los Condestables, entre otros.