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MALLORCA

Los cinco pueblos más bonitos de la Sierra de Tramontana

Este rincón de Mallorca ofrece paisajes de gran belleza, así como un puñado de coquetas villas como Valldemossa, Sóller o Deià que merecen la pena descubrir

Imagen del pueblo de Valldemossa, Sierra Tramontana (Mallorca) fundació mallorca turisme
Rocío Jiménez

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La Sierra de Tramontana, situada en el noroeste de Mallorca, es uno de los atractivos turísticos más visitados de la isla. Este paraje natural, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, ofrece múltiples actividades y rutas senderistas que se pierden por frondosos bosques, preciosas calas y acantilados de vértigo. Este rincón mallorquín es un destino perfecto en verano, o en temporada baja, cuando todo es más barato y hay menos turistas en la isla. En sus 90 kilómetros de extensión se encuentran algunos de los pueblos más bonitos de las Islas Baleares que bien merecen una visita, estos son algunos de ellos.

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Imagen de la Cartuja de Valldemossa fundació mallorca turisme

Valldemossa

Situado a apenas 17 kilómetros de Palma, Valldemossa es un encantador pueblo que ha sabido mantener su esencia a lo largo del tiempo, un destino que invita a recorrer sus calles repletas de casas con fachadas de piedra y carpintería verde.

Su monumento más emblemático es la Cartuja. Este edificio fue construido en 1309 como residencia para el rey Sancho y en 1399 fue cedido a los frailes cartujos, quienes cambiaron toda la distribución interior convirtiendo la plaza de armas en claustro y cementerio o la prisión en refectorio y lo habitaron hasta que les fue expropiado en 1835. Bajo sus muros se han alojado a lo largo de la historia diferentes representantes de la cultura, como Frédéric Chopin, George Sand, Rubén Darío o Santiago Rusiñol. Durante el recorrido por este espacio se puede visitar su iglesia de estilo neoclásico, la farmacia monástica, una de las más antiguas de Mallorca, el salón de conciertos y la torre del homenaje, entre otras dependencias. Además de esto, no hay que perderse la ermita de la Santísima Trinidad que ubicada en pleno bosque de Miramar ofrece unas vistas privilegiadas de la Sierra de Tramontana, el mirador de Sas Puntes, la casa natal de Santa Catalina Thomas, la única santa de la isla, y su coqueto puerto pesquero situado al lado de las cristalinas aguas de la pequeña cala Sa Marina. Este destino acoge, también, un tesoro oculto: el yacimiento arqueológico de Son Matge, un entorno único para percibir la esencia de la Mallorca prehistórica.

Por último, uno no se puede ir de aquí sin darse un homenaje con la conocida merienda mallorquina que incluye la famosa coca de patata, preparada a base de huevos, harina, azúcar, manteca y patatas.

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Imagen del mirador de Son Marroig gtres

Deià

Situado en la costa oeste de Mallorca, encaramado a los pies de una montaña con vitas al Mediterráneo, se encuentra Deià, un pueblo con mucho encanto que ha sido durante muchos años refugio de famosos artistas, escritores y creativos en general siendo el más conocido el escritor Robert Graves, cuya casa se conserva aún con su aspecto original. Aquí se encuentran, también, diferentes museos para visitar, como el Arqueológico, que ocupa un antiguo molino del siglo XVIII, el dedicado al pintor americano Norman Yanikun o la casa museo Son Marroig, una de las principales propiedades del archiduque Luis Salvador de Austria en Mallorca que está dedicada, en la actualidad, a la preservación de su figura y obra y que cuenta con un espectacular mirador. La visita a este rincón la completa la iglesia de Juan Bautista, cuyo campanario fue utilizado como torre de defensa.

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El Calvario, Pollença fundació mallorca turisme

Pollença

Pollença, situada al noroestre de la isla, al pie de la Sierra de Tramontana, es uno de los municipios con mayor personalidad de Mallorca. Este destino ofrece un paisaje natural de carácter salvaje y numerosos edificios de gran atractivo. El recorrido puede empezar por el conjunto del Convento de Sant Domingo, uno de los centros más representativos de las actividades culturales del lugar, y seguir por los Jardines de Joan March, donde, además de contemplar ejemplares de los árboles y arbustos más representativos de la flora isleña, se puede admirar la Torre gótica del siglo XV y los restos de lo que fue la casa del marqués Desbrull. Otros puntos de interés son el museo de Pollença, que cuenta con una importante colección de pintura contemporánea y de piezas arqueológicas, El Calvario, un pequeño montículo de 123 metros al que se accede por una escalinata de 365 peldaños flanqueada por cipreses, el puente romano, el oratorio de Sant Jordi, un edificio gótico de una sola nave cubierta con bóveda de crucería, y la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles, que fue fundada por los caballeros de la Orden del Temple en el año 1248. El templo actual, edificado sobre el primero, es de 1790 modelo gótico y ornamentación barroca.

En este destino las rutas de senderismo y el cicloturismo son una parte imprescindible de la visita. Y, por supuesto, también hay que acercarse al Cabo de Formentor para disfrutar de uno de los mejores atardeceres de Mallorca en el faro.

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Imagen del pueblo de Sóller fundació mallorca turisme

Sóller

Justo en medio de la Sierra de Tramuntana y escondido entre altas montañas espera el Valle de Sóller y rodeado por huertos de árboles frutales se encuentra el pueblo del mismo nombre con su casco histórico de estrechas callejuelas adoquinadas, lleno de elegantes mansiones modernistas y tradicionales casas mallorquinas. De visita obligada es la plaza de la Constitución, centro neurálgico del pueblo donde se sitúa, además, algunos de sus edificios más emblemáticos como son la iglesia de San Bartolomé, de estructura barroca, fachada modernista y campanario neogótico, y el Banco de Sóller, una edificación con doble tribuna volada y ventanas de hierro forjadas propias del modernismo que están decoradas con una estructura de filigrana metálica. También hay que recorrer Sa Lluna, su calle más comercial que aún conserva algún edificio medieval del siglo XV como la Casa de Sa Lluna –que da nombre a la vía– y alguno de estilo modernista como Ca la Nena, entrar al museo modernista de Can Prunera y visitar Ecovinyassa, un huerto con más de 18.000 metros cuadrados que permite conocer la historia de los naranjos de Sóller.

La mejor forma de llegar a este pueblo es con el mítico tren de Sóller que funciona desde 1912 y que aún conserva los vagones de madera. Este antiguo tren sale desde Palma y atraviesa toda la sierra a baja velocidad para que sus pasajeros puedan disfrutar del paisaje.

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Imagen de una de las calles de Fornalutx fundació mallorca turisme

Fornalutx

En el corazón de este paraje está también Fornalutx, uno de los pueblos más bonitos de la isla. Lo mejor para conocer a fondo este enclave es echarse a andar por sus calles adoquinadas y hacer parada en la plaza de España para tomar un café y empaparse de su belleza. Entre sus construcciones más destacadas están el Ayuntamiento, un edificio de estilo tradicional que lleva adosada una torre de defensa del siglo XVII, y la iglesia del siglo XIII que muestra una mezcla entre gótico y barroco. Además, no hay que perderse Can Xoroi, una casa noble en la que se exponen fotografías antiguas para descubrir el pasado del pueblo y en cuya entrada se sitúa la Sala de las Tejas Pintadas, una exposición permanente donde se exponen casi 300 tejas pintadas de distintas épocas.

Más allá de esto, se pueden realizar rutas de senderismo que parten desde este lugar como el Camí de l'Alzina Fumadora, de dos horas y baja dificultad, o el Camí de Binibassí que conduce hasta el pueblo de Sóller.

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