ISLAS CANARIAS
Siete cosas que debes saber si quieres ir de vacaciones a La Palma
Pistas para aprovechar una escapada a esta isla pequeña, volcánica y muy verde
Javier Carrión
Apesar de su origen volcánico, la llamada ‘Isla Bonita’ o ‘La Isla Verde’ se distingue de las demás por el verdor de sus bosques subtropicales y la abundancia de agua, siendo La Palma la única del archipiélago que cuenta con arroyos de aguas transparentes, pequeños ... ríos y manantiales.
El embarcadero más auténtico
En Tijarafe , un pequeño municipio de la costa oeste de la isla, una estrecha carretera plagada de curvas y explotaciones plataneras conduce al embarcadero o puerto natural (’porís’) más original del viaje. Se encuentra en Porís de Candelaria en una cueva de viejos pescadores que se convirtió en una zona de veraneo de los tijaraferos para huir del calor. Las modestas casitas bajo la roca, donde hay una imagen de la Virgen del Carmen, y la poza más cercana a la cueva, que invita a un baño sin gente, son una de las grandes sorpresas de La Palma.
Las salinas de Fuencaliente
En la punta sur de la isla los faros de Teneguía y las salinas de Fuencaliente sirven de refugio a las aves migratorias ante un paisaje donde deslumbra la figura del volcán Teneguía, el último en entrar en erupción (1971). Muchos visitantes se acercan a este punto para dar un paseo en dirección a este Teneguía, pasando antes por el volcán San Antonio, llamativo por sus tonos rojizos surgidos tras su erupción en 1677. Ambos forman parte de la Ruta de los Volcanes . Tras la explosión del Teneguía, el faro se salvó milagrosamente de los ríos de lava y es ahora un lugar muy fotografiado. En sus salinas se produce de forma artesanal una sal de una calidad excelente y en sus playas más próximas, como la de La Zamora o El Aljibe , el chapuzón es toda una experiencia gratificante.
Paraíso para el 'trekking' y la astronomía
La Caldera de Taburiente es un impresionante cráter de 8 kilómetros de diámetro emplazado en una gran depresión rodeada de abruptas paredes que sobrepasan los 2.000 metros de altura. Destaca en esta zona protegida el Roque de Los Muchachos, el punto más alto de la isla con sus 2.426 metros, una cumbre que se ha convertido en un lugar privilegiado de observación astronómico desde que su observatorio fuera inaugurado en 1985. Tienen fama mundial sus telescopios.
En la Caldera de Taburiente, declarada Parque Nacional en 1954, el paisaje palmero asombra por sus barrancos cubiertos de pinos canarios desde los que brotan manantiales, fuentes y cascadas, como la Cascada de Colores , teñida de naranja por las sales de hierro de sus aguas. Hay más de una docena de rutas con distinto grado de dificultad y muchos miradores, por lo que es recomendable pasar antes por el Centro de Visitantes en El Paso. El parque cuenta con casi 1.500 especies de flora y una gran variedad de formaciones geológicas. Los puntos clave de la caldera son Los Brecitos y La Cumbrecita, a la que se puede llegar en coche con un permiso previo que hay que pedir por internet.
Una playa para bañarte
Las playas de La Palma son de arena oscura, pero tienen un encanto especial. La del Charco Verde , a solo dos kilómetros de Puerto Naos, es una acogedora cala, rodeada por acantilados y plataneras, y goza de un mar apacible para que disfruten las familias. La playa está en una reserva marina, rodeada de la característica roca volcánica, y es ideal también para practicar el esnórquel. A 4 km están El Remo y sus chiringuitos playeros, con típica comida canaria.
El agua, protagonista en el Bosque de los Tilos
El primer espacio declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco en las Islas Canarias fue el Bosque de El Canal y los Tilos. Un lugar que impresiona porque es uno de los escasos ecosistemas de laurisilva que se conservan en el mundo. Se accede a este bosque dirigiéndose al nordeste hasta San Andrés y Sauces y su cascada es tan espectacular como el sendero de los Nacientes de Marcos y Cordero, una ruta que atraviesa túneles oscuros y cortinas de agua -conviene llevar linterna y chubasquero- finalizando en el mirador del Espigón Atravesado, entre los más hermosos de la isla.
El duende del Cubo de la Galga
En la misma vertiente de la isla, pero más cerca incluso de Santa Cruz de La Palma, la ruta del Cubo de la Galga es otro sendero fácil y sombreado para conocer todavía mejor el bosque de laurisilva canaria, cuyo origen arranca en el período Terciario, hace más de 20 millones de años. Sus 11 kilómetros se pueden recorrer en unas cuatro horas.
Los balcones de Santa Cruz
El casco histórico de Santa Cruz de La Palma , ciudad fundada en 1493, merece un sosegado paseo. Sus palacios y casonas aristocráticas de las calles Real y Pérez Brito, el ayuntamiento erigido durante el reinado de Felipe II, el castillo de Santa Catalina o el Convento de la Inmaculada Concepción en la plaza de San Francisco van surgiendo casi en paralelo a la Avenida Marítima, el lugar ideal para observar los típicos balcones llenos de flores y hermosas celosías. Por el camino algunas placitas, como la placeta Borrero, invitan a sentarse en las terrazas para deleitarse con un típico barraquito, un delicioso café dulce mezclado con licor, leche condensada, una corteza de limón o mandarina y canela.
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