Cinco de las iglesias más bellas y menos conocidas del románico español

San Pantaleón de Losa

Al norte de Burgos (valles de Valdivieso, Losa y Mena) se encuentra uno de los románicos más desconocidos de España. Una ruta por iglesias que encierran misterios relacionados con templarios y el Santo Grial, que quién sabe si pudo llegar aquí por Sierra Salvada al norte (el Montsalvat de la leyenda griálica) dejando su huella en nombres de pueblos como Griales o Siones (la orden templaria) y, sobre todo, en «mensajes» en piedra como los esotéricos de San Pantaleón de Losa.

En el extremo de una gran roca con aspecto de navío, se alza aislada una ermita románica. La sangre de San Pantaleón, que ahora está en el Museo madrileño de la Encarnación, se guardó aquí. Destacan las figuras de la arquivolta de entrada. Una cabeza, con un paño cubriéndole la boca y las manos en los oídos, sugiere que hay cosas que no deben conocerse. Ni hablan ni oyen, al igual que los vecinos sobre quién robó la campana vendida como metal, o una imagen desaparecida. Una enorme figura barbuda –única en el romámico– parece llevar un saco a la espalda, mientras que por ventanitas asoman cabezas enigmáticas (quizá ermitaños emparedados en vida, algo corriente en el Camino de Santiago). Capiteles maltratados por el tiempo, sobre los que han grabado nombres. El artista que proyectó esta ermita, a principios del siglo XIII, la llenó de simbolismos y su mensaje todavía no ha sido descifrado. A poca distancia queda el pueblecito de Criales (en la antiguedad se llamó Griales), de cuya primitiva ermita románica quedan una ventana y dos puertas en mal estado y, bajo el suelo, una cripta primitiva.

San Miguel de Valdenoceda

San Miguel de Valdenoceda está en el valle de Valdivieso. Es de finales del XII. Perdió su ábside tras ser reformada en el XVII. Destaca la portada sur con dos placas en relieve que representan a San Juan y San Lucas. A la derecha, una inscripción del XIII, la más antigua del valle. En el interior, una Virgen amamantando al Niño y los nervios de la cúpula representando el Tetramorfos. Cerca, el espectacular torreón de los Velasco.

San Pedro de Tejada

San Pedro de Tejada (propiedad pàrticular pero visitable) fue uno de los primeros monasterios de las Merindades en el siglo IX. En el exterior, una rica iconografía de canecillos y capiteles. Y en la portada, relieves con los apóstoles. Cerca, las también románicas de Santa María en Puente Arenas y San Nicolas en El Almiñé. En las cercanías, una calzada romana. Más allá, el Desfiladero de la Horadada con las aguas del Ebro.

Santa María de Siones

El Priorato de Sión se creó para proteger a María Magdalena y a su descendencia. En España hay varios lugares con este nombre (Galicia, Baleares y Asturias). Destaca este monasterio, que se menciona ya en 1011. En su iglesia, de finales del XI, hay tallas simbólicas (en ventanas, ábsides y columnas) de gran parecido con San Pantaleón de Losa.

San Lorenzo de Vallejo

Es considerada por su importancia la catedral del valle de Mena. Las mejores piezas están al aire libre en una galería de múltiples arquillos y un prodigioso ábside. Mientras que Siones fue sede de los caballeros hospitalarios, Vallejo perteneció a los templarios. Cerca queda la iglesia de El Vigo (con un bien conservado tímpano en la fachada).