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Campos junto al Atlántico: paraísos del golf que quizá no conoces en Huelva y Cádiz

Desde Guadiaro a Ayamonte discurren una treintena de recorridos que merecen una visita

Las vistas atlánticas de Costa Ballena (Rota) dejan sin aliento a los golfistas

Miguel Ángel Barbero

España es el segundo país del mundo en cuanto a turismo de golf . Sólo Estados Unidos recibe más visitantes anuales con el fin de practicar su deporte favorito. Sin embargo, dentro de una «Marca España» tan uniforme hay una variedad enorme de recorridos , que hacen necesario más de un viaje para sacarle jugo a todos los tipos de diseño.

Islantilla Golf, en Lepe

En el análisis más simple se pueden distinguir los de interior y los de costa. Y una vez ahí, en los primeros se ubican los montañosos, los mesetarios y los «parkland», muy cuidados con vegetación y trampas de agua en los que no se echa menos no estar en el litoral. Luego, en los bañados por el mar, en principio el propio clima marino ya hace de distinción: no tienen nada que ver los del Cantábrico, con los atlánticos o los mediterráneos.

Es precisamente en estos últimos donde existe una mayor confusión entre los extranjeros, ya que muchas veces asimilan España con Mediterráneo y piensan en un único estilo de golf, cuando no es así: no tienen mucho que ver los clubes de la Costa Brava con los de la Blanca, la de Baleares o la del Sol. Y siguiendo con las falsas asociaciones de ideas, se tiende a asimilar el estilo del golf andaluz con el del famoso litoral malagueño, cuando tampoco es así. Los campos almerienses y granadinos tienen unas características más desérticas mientras que los gaditanos y onubenses ya pertenecen al más propio modelo atlántico.

Esta consideracion les hace un poco más desconocidos para el gran público internacional, lo que se traduce en una menor saturación de jugadores y en una mayor utilización por parte de los aficionados locales. En concreto, sevillanos y madrileños son los principales usuarios de la treintena de instalaciones costeras que se despliegan desde Guadiaro hasta Ayamonte para regocijo de miles de golfistas, que se sienten en la gloria practicando en unas condiciones únicas. Disfrutan del calor propio del verano pero con una brisa oceánica que rebaja enormemente la sensación térmica y les permite gozar de unos recorridos en general más anchos, planos y onduldados que los de sus vecinos orientales. No cabe duda de que Cádiz y Huelva son dos provincias privilegiadas en este sentido.

Alcaidesa Links (San Roque), frente a Gibraltar

Aunque geográficamente Guadiaro todavía pertenece al Mediterráneo, la cercanía de Gibraltar y del Estrecho hace que ya se entrevean las características descritas en Sotogrande o en Alcaidesa (San Roque) , que ya se acentúan en cuanto se gira hacia el oeste. Allí se encuentran típicos resorts como Sancti Petri (Chiclana) o Costa Ballena (Rota) que estos días están luchando para recuperar la normalidad perdida. Así, este último ha retomado su actividad normal de juego a la espera de que vuelva la ocupación habitual en las próximas semanas; eso sí, la vida social se ha visto muy mermada en cuanto a los torneos: ya no cuentan con entregas de premios ni con comidas posteriores de celebración.

La situación es similar en Huelva, donde clubes como Isla Canela (Ayamonte) , Islantilla o El Rompido (Cartaya) se han tenido que adaptar a la nueva situación. En este último complejo han optado por ofrecer descuentos de hasta el 45 % a los que se alojen allí. No es mala opción para aquellos que todavía no hayan decidido su destino y quieran conocer uno distinto y sorprendente.

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