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Así es el desconocido yacimiento de Huelva que se mantiene intacto desde el Paleolítico
Aunque su nombre no suena tanto como otros enclaves arqueológicos, se trata de uno de los yacimientos prehistóricos más interesantes de Andalucía
Muchos de los mejores yacimientos andaluces son desconocidos por falta de promoción
Huelva
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Iniciar sesiónEn la Sierra de Huelva, entre sus montes y dehesas, existe un lugar que pasa desapercibido incluso para muchos vecinos de la zona. A simple vista no parece gran cosa, ya que se trata de una entrada discreta en un cerro cercano a Jabugo. ... Pero basta con cruzar su umbral para descubrir que la Cueva de la Mora es uno de los yacimientos prehistóricos más interesantes de Andalucía Occidental. Un refugio natural que estuvo ocupado durante miles de años y que se ha mantenido hasta nuestros días.
Aunque su nombre no suena tanto como otros enclaves arqueológicos de la provincia, lo que guarda dentro la convierte en una parada obligatoria para los aficionados a la arqueología o para quienes sientan curiosidad por nuestros orígenes.
Un recorrido por miles de años en un mismo espacio
La gran peculiaridad de esta cueva es que concentra una secuencia de ocupación muy amplia. Aquí se han encontrado restos que van desde el Paleolítico Superior hasta época romana, pasando por los periodos neolítico, calcolítico y el comienzo de la Edad del Bronce. Es decir, generaciones enteras de habitantes dejaron su marca en estas paredes y en el suelo que pisaron.
Las primeras excavaciones, realizadas a principios del siglo XX por Juan Manuel Romero, ya mostraron que la cueva era mucho más que un simple refugio. Décadas después, los estudios de los años 90 confirmaron que antes de intervenirla existían hasta cinco metros de estratigrafía intacta. Cada capa correspondía a una etapa distinta y mostraba cómo cambiaron las herramientas, la cerámica o los rituales funerarios a lo largo del tiempo.
Uno de los objetos más antiguos y llamativos es un hueso grabado con figuras animales, entre ellas un ciervo y un rinoceronte de un solo cuerno. Esta pieza, hoy en el Museo Provincial de Huelva, es la prueba más clara de que la cueva ya era conocida y usada en los momentos finales del Paleolítico.
Cómo es por dentro la Cueva de la Mora
La cueva está formada por dos salas principales. La primera es amplia, con una bóveda de unos siete metros de altura, y es donde se ha documentado la mayor parte de la actividad humana. La segunda sala es más pequeña y está a un nivel superior. Ambas están conectadas por un paso muy bajo, lo que obligaba a entrar casi reptando. Esa peculiar estructura ha ayudado a que algunas zonas se mantuvieran sorprendentemente bien conservadas.
El entorno también explica por qué este lugar fue tan atractivo durante tanto tiempo. A unos 620 metros de altitud y cerca de la ribera del Múrtiga, la cueva se encontraba en un punto de paso natural, con recursos a mano y buenas vistas del terreno.
Un yacimiento lleno de objetos cotidianos y rituales
A lo largo del siglo XX, los materiales encontrados acabaron repartidos entre museos como el Arqueológico Nacional y el Arqueológico de Sevilla. En ellos pueden verse piezas que permiten reconstruir cómo vivían los antiguos habitantes de la sierra:
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Hachas, láminas y puntas de sílex, utilizadas para cortar, tallar o cazar
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Cerámicas decoradas con motivos incisos, propias del Neolítico medio
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Ídolos placa del Calcolítico, vinculados a creencias y prácticas simbólicas
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Ajuar funerario asociado a enterramientos en cista
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Fragmentos de cerámica campaniforme, típica de las culturas del III milenio a. C
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Una moneda del emperador Marco Aurelio, que indica ocupación en época romana, aunque de carácter puntual
Además, entre los hallazgos humanos destaca un cráneo trepanado, probablemente relacionado con prácticas rituales o curativas. Es el único caso documentado en la provincia de Huelva y uno de los pocos en toda Andalucía occidental.
Un lugar marcado por la historia… también la reciente
La Cueva de la Mora no fue solo un refugio. También funcionó como espacio funerario, lugar de rituales y zona de trabajo. Esto permite a los investigadores entender mejor cómo se organizaban las primeras comunidades que se asentaron en la Sierra de Huelva, qué objetos fabricaban y qué papel jugaban las creencias en su día a día.
Algunos estudios apuntan incluso a la existencia de varios enterramientos colectivos separados por capas de estalagmita, algo que sería muy valioso para profundizar en la vida social de estas comunidades.
Y es que a pesar de su importancia arqueológica, la cueva ha tenido una vida bastante agitada. Durante la Guerra Civil, según cuentan en Jabugo, llegó a usarse como almacén de explosivos y refugio improvisado. Después pasó muchos años abandonada, lo que favoreció que visitantes y expoliadores dañaran parte de su interior.
Para evitar un deterioro mayor, la Delegación de Cultura cerró el acceso y realizó una limpieza superficial que permitió recuperar nuevos fragmentos de cerámica y huesos. Hoy la cueva está protegida por el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, y forma parte del legado cultural más valioso de la comarca. Además, hace unos días, el propio municipio de Jabugo abrió una nueva sala museo con restos arqueológicos de los yacimientos de Cueva de la Mora.
Sin embargo, la Cueva de la Mora no suele aparecer en guías y quizás sea porque no es accesible de manera libre. A pesar de ello, su valor histórico y científico es enorme. Es, de hecho, el primer testimonio conocido de ocupación humana estable en la Sierra de Huelva y un punto clave para entender la evolución de esta parte de Andalucía.
Así que aquellos que quieran conocerla de verdad pueden hacerlo a través de los materiales conservados en museos de Huelva, Sevilla o Madrid. Cada uno de ellos cuenta una parte de la historia que esta cueva ha guardado durante miles de años.
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