la mamounia
La 'Gran Dama de Marrakech' renueva su vestuario para deleitar a sus huéspedes
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La monumentalidad del hotel La Mamounia se ha reforzado más aún a partir de su renovación
Entrada del hotel La Mamounia en Marrakech
La Mamounia es de esos hoteles únicos en el mundo cuya visita nunca defrauda. Todo allí es exquisito, desde el atento servicio hasta la decoración, las suites y las zonas comunes; todo allí es monumental y rezuma lujo, artesanía, confort y cuidado del detalle. ... Sin embargo, lo que lo hace realmente excepcional es su estilo, su carácter e historia, que la renovación total que ha sufrido la 'Gran Dama de Marrakech' durante gran parte de 2020 –y que por fin ahora, superados los cierres estrictos de Marruecos, pueden conocer los huéspedes internacionales-ha sabido potenciar aún más.
De hecho, preservar su encanto y patrimonio fue el objetivo principal de esta ambiciosa reforma, además de actualizar el hotel, en funcionamiento desde hace 98 años. Su director general, Pierre Jochem, así se lo encargó a los arquitectos y diseñadores Patrick Jouin y Sanjit Manku, quienes pusieron en valor el trabajo de los artesanos locales en las piezas decorativas, artesonados, azulejos, mobiliario y textiles, así como la afinada iluminación de cada estancia y ambiente, todos de gran tamaño y elegancia y enfocados a brindar una experiencia de máxima comodidad y relax al cliente.
Un aspecto al que se le ha dado una revisión completa en esta etapa es el gastronómico. Respondiendo a la demanda de los viajeros, y también al auge mundial de la restauración, la Mamounia ha rediseñado al completo sus restaurantes y bares. Así, el antiguo Le Francais se ha transformado en la 'trattoria' L'Italien par Jean-Georges, y asemeja a un invernadero abierto al soberbio jardín del hotel (no es menor su vegetación, anima a perderse en largos paseos o sentarse bajo esos árboles y rodeado de flores simplemente a observar y disfrutar). El chef Jean-Georges Vongerichten firma también el íntimo L'Asiatique par Jean-Georges, al que se añade el marroquí Le Marocain –con sesión de DJ en su azotea- y el Bar Majorelle, un simpático bistró que late en el corazón mismo del hotel.
Nueva 'trattoria' L'Italien dentro del hotel Mamounia
La gran piscina es otro de los ejes de este establecimiento, situado en el centro de la ciudad, a pocos pasos de su animada plaza central, y considerado uno de los mejores del mundo. Allí tiene lugar el desayuno buffet, con todo tipo de propuestas calientes y frías de calidad, desde platos tradicionales hasta sushi y pescados o una mesa de dulces que parece el mostrador de una pastelería real. Y también allí funciona Le Pavillon, para comer, y un bar para refrescarse. No obstante, si hay que ir a un bar en Mamounia es a su Churchill, nombrado así por su visitante más ilustre y fiel, de ambiente recogido y aires ingleses, además de caviar elaborado en exclusiva por Kaviari y situado junto a otra de las novedades de esta nueva etapa: una sala de cine de solo 21 butacas reservada solo a los huéspedes.
Piscina exterior del hotel Mamounia
Los dulces tienen más lugar en la renovada Gran Dama, que ahora ofrece un salón de té en colaboración con el reconocido pastelero Pierre Hermè, junto a la Galería Mamounia e inspirado en los salones marroquíes con sillones enfrentados mirando una gran fuente de mármol y enorme lámpara de cristal en el centro, cerca de su spa con los servicios más avanzados en estética y bienestar, además de uno de los mejores 'hamman' de la ciudad.
Salón de Té del Hotel Mamounia
Si las áreas comunes son inolvidables, la experiencia privada en sus 135 habitaciones y 71 suites –también posee tres riads de 700 metros, piscina privada y varios dormitorios- es también muy especial. Desde las flores frescas y los detalles de bienvenida, hasta las dimensiones (30 a 40 metros las primeras, desde 70 metros cuadrados las segundas y hasta 200), la decoración, las vistas desde sus balcones y los numerosos detalles de comodidad, todo busca ofrecer un alojamiento sin fisuras.
Majorelle Suite del Hotel Mamounia
La propiedad original en donde se ha levantado Mamounia fue un vergel de 13 hectáreas que, en el siglo XVIII, le dio como regalo de bodas el sultán alauí Sido Mohammed Ben Abdallah a su hijo Al Mamoun. De él deriva el nombre del palacio, tratado en femenino por su belleza y majestuosidad. Dos siglos más tarde, durante el protectorado francés, se adaptó como hotel y desde entonces ha sido emblema de Marrakech, así como de la unión perfecta entre exotismo y lujo, la forma de vida de Occidente y el fasto de Oriente.
A La Mamounia han ido grandes figuras del cine, el arte, la literatura y la política y esa impronta histórica contemporánea se respira en sus pasillos y salones, donde confluyen lo mejor de cada cultura y probablemente también se generen recuerdos imborrables para sus visitantes actuales.
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