La Formentera más auténtica se refugia en el hotel Paraíso de los Pinos
Ubicado en el corazón de la isla, es un complejo boutique de suites y villas blancas donde reina la paz, la naturaleza y la gastronomía
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Es la isla más pequeña de Baleares, solo accesible en barco, y siempre ha sido, además, un refugio para la calma entre sus pinares, sus calas y sus extensas playas de arena blanca y transparentes aguas turquesas. En Formentera se concentra la esencia ... mediterránea y el lujo va descalzo y relajado. Su oferta hotelera acompaña, por regla general, ese espíritu bohemio y rústico, esencial y cálido.
Es el caso también de Paraíso de los Pinos, un complejo de villas y suites blancas ubicadas solo a 500 metros del mar, en Es Migjorn, perteneciente al distrito de Es Francesc, y rodeadas de verde, como indica su nombre.
El hotel cuenta con piscinas (una grande y otra pequeña para niños) y jacuzzi exterior, restaurante, bar con terraza, zonas de descanso en su nutrido jardín y pista de tenis. Además ofrece bicicletas a sus huéspedes, una forma habitual de desplazarse en Formentera, surcada por antiguos caminos y senderos entre muros de piedra (algunos son de la época romana) y con 30 vías verdes para moverse por ellas tanto a pie como sobre dos ruedas.
De ambiente familiar, es un lugar pensado para desconectar y descansar. Cada una de sus 29 suites, de uno o dos dormitorios, cuenta con terraza, salón comedor y una pequeña cocina equipada. En el caso de sus seis villas, que rodean al edifico central y ofrecen mayor privacidad aún, añaden jacuzzi y porche.
Todo su estilo es mediterráneo y muy propio de la isla, con paredes encaladas, puertas y contraventanas azules, muebles de madera y textiles naturales. Su sencillez y calidez buscan potenciar la tranquilidad de los huéspedes, junto con la recepción abierta las 24 horas.



Un cambio de vida
Paraíso de los Pinos abrió en 2011 como tal, tras ampliarse y reformarse un negocio anterior que había en la finca desde los años 70, y cogió impulso cuando Lina Bustos, hasta entonces dedicada al marketing en diversas ciudades de España y Europa, decidió regresar a su Formentera natal para hacer un cambio de vida y tomar las rienda de esta empresa familiar.
«Hemos mantenido el inconfundible estilo balear de su construcción, reinterpretando sus espacios desde una visión contemporánea rigurosamente respetuosa con lo tradicional«, explica.
Esta alineación con el auténtico espíritu y estilo de vida de la isla es su objetivo principal, junto con la sostenibilidad del complejo -desde las prácticas hasta el respeto absoluto por su entorno, poblado de campos de labranza y de pinares, entre los cuales se camina hasta una cala con playa- y su oferta gastronómica.



Comer en Paraíso de los Pinos
La apuesta por el restaurante Es Mal Pas (nombre de la zona rural donde se encuentra) ha llevado a crear un comedor, abierto tanto a huéspedes como a público en general, que conquista con su cocina creativa con base local y por tanto mediterránea, de producto de calidad, en gran parte de proximidad.
Con un buen surtido de verduras y hortalizas cuyo sabor realza, el chef Arnau Santos combina ingredientes para brindar platos como el gazpacho de remolacha con sardina ahumada y crujiente de yogur, el tiradito de lubina ahumada con salsa cítrica de coco o los buñuelos de bacalao y anguila ahumada, el pak choi al Josper con vinagreta de mango y pistacho, el carpaccio de calabacín y rabanitos con vinagreta de mango, la carrillera de ternera con parmentier de boletus y micuit de foie, el magret de pato con crema de boniato y espuma de chirivía y manzana o cualquiera de sus arroces (marinero, bogavante, pulpo y gambas).
El espacio, dotado de sala y amplia terraza con vistas a la piscina y al jardín florido, invita a comer al fresco o bien a cenar bajo las estrellas (Formentera se distingue por su bóveda nocturna, y es común allí el 'astroturismo' para avistar sus brillos). Su ticket medio es de entre 50 y 60 euros.
Favorito de actores y deportistas, y con un completo desayuno buffet por las mañanas, dormir en una de las suites de Paraíso de los Pinos cuesta desde 250 euros la noche.
El propio Paraíso de los Pinos cuenta con dos chiringuitos en la playa de Es Pujols, una de las más concurridas de Formentera (donde hay además tiendas y restaurantes).
Uno de ellos es Briss, situado junto a la pasarela de madera. Con música, buen ambiente y un diseño en madera que rinde tributo a los antiguos kioscos isleños, ofrece una cocina muy solvente hecha de platos sencillos y sabrosos pensados para compartir y buen producto. Desde una tapa marinera con pan crujiente, ensaladilla rusa y tartar de anchoa, hasta el pad thai, el pulpo a feira o las gambas rojas a la plancha servidas sobre hoja de plátano.
El otro es Nuu, ubicado al extremo contrario de la misma línea de costa, y más al uso en su estilo, con un menú más informal al que añade el servicio de tumbonas y sombrillas.
Todas, opciones muy adecuadas al viajero que busca sumergirse en la belleza tranquila de Formentera para renovarse y recuperar energías.
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