Una antigua casa de lanas del siglo XVIII, convertida en un hotel boutique en el casco histórico de Cáceres
Casa Pizarro aúna la tradición de las casas señoriales cacereñas con todas las comodidades del siglo XXI
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Cáceres puede presumir de tener uno de los cascos hitóricos mejor conservados de Europa, reflejo de todas las culturas que vivieron dentro de sus muros. Más allá de los monumentos de obligada visita, la ciudad extremeña conserva numerosos palacios y casas señoriales convertidos hoy ... en museos, sedes de organismos públicos y privados y hoteles. Así empieza la historia de Casa Pizarro, ubicado al lado del Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear, en la calle que rinde homenaje al conquistador Francisco Pizarro.
Este establecimiento de cuatro estrellas se ubica en una caserón que data del siglo XVIII, sede de la más reputada casa de banca y de comercio de lanas de Extremadura en el siglo XIX, conocida entonces como Casa García Carrasco. Tras varias transformaciones a lo largo de los años, el edificio cayó en desuso hasta que Grupo Zaguán, especializado en la rehabilitación de inmuebles históricos, lo rescató del olvido.
Respetando su esencia original, la restauración, que duró un año y medio, lo convirtió en un hotel boutique que rezuma historia, ofreciendo todas las comodidades actuales. Se mantuvo la estructura original del edificio, sus muros de piedra, sus techos altos o las antiguas vigas de madera. También se conservaron elementos como la puerta de entrada, la escalera principal e incluso algunas vidrieras.



Para que el establecimiento siguiera destilando la historia que esconden sus muros, se apostó por el 'slow desing', usando materiales como el barro, la madera, el granito o el mortero de cal en su rehabilitación. En el mobiliario se combinan piezas originales de la casa, como un antiguo piano, un armario paragüero o el mueble de la biblioteca, con otras adquiridas en anticuarios de Francia, algunas heredadas y otras modernas creadas por artesanos españoles.
Casa Pizarro cuenta con 21 habitaciones, divididas en tres categorías: estándar (a partir de 125 euros), deluxe (desde 154 euros, cuentan con techos altos y algunas terraza) y junior suite (desde 195 euros, está situada en la tercera planta, y dispone de amplia terraza ajardinada, solarium y vistas al Santuario de la Virgen de la Montaña).



Cada habitación ha sido diseñada de forma única, aunque todas comparten los originales cabeceros de las camas fabricados en Cáceres con ratán, y los textiles y las alfombras en tonos naturales. Destacan también las lámparas de techo tipo araña, algunas de ellas muy antiguas, las lámparas de las mesillas, de Manises, así como elementos especiales tales como escritorios diseñados a medida o los espejos de los cuartos de baños, todos diferentes y adquiridos en anticuarios. Los amenities, elaborados con aceite de oliva virgen extra, son de La Chinata, también extremeños.
PandeHuerta, su socio gastronómico
De los desayunos y el servicio de habitaciones se encarga su socio, PandeHuerta, un restaurante, centrado en recetas tradicionales de la tierra, que cuenta, además, con un bar a pie de calle, puerta con puerta del hotel, así como un salón comedor y terraza en el propio hall de Casa Pizarro.



Con una cocina centrada en el producto y arraigada en las recetas tradicionales de Extremadura, algunos de sus platos estrella son el cochinillo ibérico, el sándwich de carrillera ibérica, la costilla de ternera a baja temperatura o la tarta de queso, con un toque de Torta del Casar.
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