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El pueblo español que «venera» al dios Baco

En la falda de un emblemático castillo, lechazo y vino convierten a la villa vallisoletana de Peñafiel en destino gastronómico indiscutible

El castillo de Peñafiel se convirtió con la llegada del nuevo siglo en el Museo Provincial del Vino Turismo Peñafiel

Montse Serrador

«Esta será la peña más fiel de Castilla», reza en el escudo de Peñafiel dando así fe de las palabras del conde castellano Sancho García cuando, en el siglo XI, reconquistó la villa. Y Peñafiel sigue siendo fiel a sus raíces, pero ... ha evolucionado hasta convertirse en uno de los paraísos del enoturismo y de la gastronomía. El nombre de Peñafiel suena a vino, a Ribera del Duero y a lechazo (cordero lechal) pero nada tiene que ver en la actualidad con aquel municipio que, hasta los años 80, vivía, sobre todo, de la agricultura y un poco de los servicios, como cabecera de comarca que es, y de los miles de «forasteros», nombre con el que se apodaba a los emigrantes hijos del pueblo que retornaban a su tierra cuando llegaba el verano.

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