El Corte Inglés, asignatura pendiente de Toledo

Fue a finales de la década de los noventa, con el entonces alcalde, José Manuel Molina, cuando comenzaron las primeras negociaciones para conseguir el gran almacén para Toledo. De hecho, Isidoro Alvárez llegó a visitar en mayo de 2002 el Ayuntamiento toledano y mostró un gran interés en instalarse en Toledo, algo que hoy todavía no ha sido posible. A lo largo de todos estos años, el proyecto se ha encontrado con numerosas piedras en el camino, problemas técnicos, urbanísticos y, sobre todo, políticos, con la paralización del proyecto urbanístico de la Vega Baja en 2006, han echado por tierra las pretensiones de los responsables de la firma que, sin embargo, nunca han tirado la toalla.

De hecho, el actual alcalde, Emiliano García-Page, ha continuado las negociaciones con El Corte Inglés y en los últimos tiempos ha mantenido varias reuniones en Madrid con Isidoro Alvarez, a quien ayer, en un comunicado, calificó como uno de los empresarios más prestigiosos del país, «que ha contribuido de manera decisiva a situar la empresa que presidía como referente dentro del comercio español al por menor».

Isidoro Alvárez seguía muy interesado en Toledo, según el concejal de Urbanismo, Javier Nicolás, quien, en declaraciones a ABC, se mostró convencido de que El Corte Inglés se va a levantar en Toledo y «que los vamos a poder ver con nuestros ojos», algo que dudan numerosos toledanos porque llevan años escuchando todo tipo de promesas en este sentido.

Nicolás recordó que el alcalde renovó el pasado mes de diciembre el convenio con El Corte Inglés para levantar este centro en una parcela situada al final de la calle Coronel Baeza, en su confluencia con la avenida Mas del Rivero, en un proyecto que plantea zonas urbanizables en los actuales aparcamientos disuasorios (la zona coloreada de naranja en el plano), aunque sólo representa el 3 por ciento de la actuación. El resto se configura como un gran parque cultural, dividido entre las zonas verdes, el yacimiento visigodo (amarillo claro) y la Universidad (amarillo oscuro).

Sin embargo, los planos y las promesas siguen sin convencer a una ciudad escéptica a la fuerza tras años de promesas. Sólo hace falta repasar la hemeroteca para ver los ríos de tinta que se han vertido sobre el asunto en estos años informando sobre plazos e, incluso, fechas de apertura que ofrecían políticos eufóricos a periodistas en busca de titulares. Y es que, a pesar de no llegar al umbral mínimo que marca la minuciosa política de expansión de la empresa para implantarse en una localidad, los cien mil habitantes, El Corte Inglés se mostró muy interesado en Toledo y en el año 2001 ya reclamaba al Ayuntamiento el proyecto urbanístico para instalarse en los terrenos de la Vega Baja.

En 2003 se decía que «El Corte Inglés» se levantaría en catorce meses y en 2004 se daba cuenta del proyecto completo, en una gran parcela de 30.000 metros cuadrados situada justo enfrente del edificio de Sabatini. En 2005 el Corte Inglés recibió la licencia comercial para instalarse, aunque, finamente, en 2006, en pleno polémica por la macrourbanización de El Pocero en Seseña, el expresidente de la Junta, José María Barreda, paralizó todo el proyecto de la Vega Baja . Y comenzó la búsqueda de una nueva ubicación, que se encontró años después en Vega Baja II, muy cerca del anterior terreno. Y, así, en 2010, el actual alcalde, Emiliano García-Page, se atrevió a dar una fecha para la apertura de El Corte Inglés en Toledo: «Antes de 2012». Nuevo error. En 2011 se firmó un nuevo convenio con la empresa y, en 2012, la Consejería de Fomento dio luz verde a la actuación urbanística que duerme entre proyectos en el Ayuntamiento de Toledo. Y hasta hoy.