Román David: «Estoy orgulloso porque cumplí con mi deber»

«Todo fue muy rápido. Nosotros entrábamos en un coche patrulla en el aparcamiento del supermercado y recibimos el aviso de una persona que salía de él. Nos dijo que habían entrado tres personas encapuchadas en el supermercado, nos metimos en el coche y al salir de nuevo fue cuando me dispararon, nada más bajarme del vehículo. No llevaba puesto el chaleco antibalas porque no me dio tiempo a ponérmelo», recuerda sentado en su silla, que ha adornado con dos pequeños lazos con los colores de la bandera de España.

«Yo cumplí con mi trabajo. Estoy orgulloso porque cumplí con mi deber. Pero si tuviera que repetirlo, iría mejor preparado, con el chaleco puesto», añade este guardia civil del puesto de Illescas, que solo desea que se haga justicia con los tres ladrones del supermercado «y que cumplan con la condena íntegramente».

«Quiero estar activo»

A Román David le ha cambiado la vida desde entonces. «Estuve mes y medio sedado. Cuando salí de la sedación, vi que estaba en un hospital y que no podía mover las piernas, lo pasé bastante mal. Pensé mucho en la situación, cómo me había pasado. Recibí mucho apoyo, de mis padres sobre todo, de mis amigos, los compañeros de trabajo, de habitación y, gracias a todos ellos, he logrado superar esto y salir adelante».

«Te cambia la vida. Me gustaba el deporte, corría, practicaba ciclismo. Ahora puedo seguir haciendo ciclismo, pero de distinta manera, porque tienes que cuidarte más. Por el daño medular que sufro también tengo dolores de cabeza, espasticidad... Tienes que cuidar más tu cuerpo», cuenta Román David, quien primero fue militar antes de entrar en la Guardia Civil en 2004, tras superar a la tercera todas las pruebas.

En el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo , donde sigue ingresado, el personal le cuida mucho, «sobre todo los fisioterapeutas», que han conseguido que mueva el brazo izquierdo y ahorrarle así una operación quirúrgica.

Su evolución física y psíquica es buena. Tanto es así que ya se ha marcado objetivos: «Seguir haciendo deporte, estar activo. Practicar ciclismo con una ‘handbike’. No he montado en ella, pero la tenemos en el hospital. Quiero probarla y ver cómo puedo manejarla».

No ha parado de recibir ánimo de muchísima gente. Hasta sus compañeros de cuartel le recopilaron en un libro los cientos de mensajes que se publicaron en Facebook los primeros días después del suceso. Y también ha recibido cartas, muchas, algunas de personas hasta entonces desconocidas para Román David. Como la que le escribió un policía local de Granada, que además le envió una imagen de la Virgen del Pilar, patrona de la Guardia Civil. Incluso ha habido gente que le ha ofrecido su silla eléctrica porque ya no la utilizan.

Todavía no le han entregado la Cruz al Mérito de la Guardia Civil con distintivo rojo que le anunció en diciembre el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa , durante una visita. «La cambiaría —dice—por que no me hubiese pasado nada, hubiésemos cogido a los ladrones y no hubiese resultado herido nadie».