La UE y EE.UU. crearán un código de conducta para el desarrollo de inteligencia artificial

El objetivo de este borrador es «establecer códigos de conducta voluntarios que estén abiertos a todos los países de ideas afines», señaló Blinken durante la comparecencia. Una vez se consiga dar este primer paso, la UE y EE.UU. trabajarán en el desarrollo de una propuesta de código final, con la esperanza de que tecnológicas occidentales relevantes, como Microsoft, Meta o Google, se comprometan a cumplir los postulados de forma voluntaria.

En presencia de Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, la empresa detrás de la creación del robot conversacional ChatGPT que ha revolucionado la inteligencia artificial, esta cuestión fue uno de los temas principales de una reunión del Consejo de Comercio y Tecnología (CCT) en Luleå, en el norte de Suecia. El organismo fue creado en 2021 entre los 27 miembros de la UE y Estados Unidos para pasar página a las disputas comerciales de los años de la presidencia de Donald Trump.

«La UE y Estados Unidos comparten el punto de vista común de que las tecnologías de inteligencia artificial conllevan grandes oportunidades, pero también presentan riesgos para nuestras sociedades», dijeron las dos principales potencias en una declaración final.

Cabe recordar que la UE está trabajando para sacar adelante su Ley de inteligencia artificial antes de que finalice 2023. En ella se establecen nuevas normas para los sistemas capaces de generar contenido gracias al uso de inteligencia artificial, como ChatGPT. Mientras tanto, Estados Unidos está intentando encontrar la mejor forma de controlar esta tecnología, con gran potencial para la desinformación y el cibercrimen, sin ahogar la innovación.

Durante las últimas semanas, voces autorizadas en inteligencia artificial y ejecutivos de grandes tecnológicas han remarcado en varias ocasiones la importancia de que se regule la inteligencia artificial, y pronto. Sam Altman recomendó hace escasos días durante una visita a Madrid la creación de un nuevo organismo internacional que se ocupe de controlar a las empresas que trabajan en el desarrollo de inteligencia artificial. Según afirmó esta tecnología debería tratarse con el mismo cuidado que la energía atómica.

Más de 300 ejecutivos e investigadores, entre los que se encontraba el propio Altman y algunos de los mayores gurús en inteligencia artificial, volvieron a alertar al mundo sobre los peligros de la IA, llegando a afirmar que tiene potencial para «extinguir» a la humanidad.