El emblemático Rolls-Royce de Sofía Loren ahora convertido en eléctrico

El complejo no solo solicitó a dicha empresa británica de la que David Beckham es accionista que cambiará su tren motriz, sino que, además, encargaron una restauración completa. Así, la carrocería ha recuperado su acabado bitono, pero con dos nuevas variedades de color arena y toques en Rich Gold. Más allá de esto y de la incorporación de la toma de recarga, ubicada bajo la tapa de la boca del depósito de combustible original, su diseño exterior no se ha visto modificado para que mantenga la clase y elegancia de la que hace gala este modelo de 1960.

En aras de convertir esta pieza de coleccionista en un diseño lo más ecológico posible se ha utilizado cuero sostenible Sage para tapizar los asientos, el techo y los paneles interiores, material que combina con toques de madera de nogal elaborados con sumo cuidado por los artesanos de la firma. Por su parte, las alfombrillas de color cuarzo con bordes en gris más oscuro están fabricadas con plásticos recogidos en el océano. La cabina también incluye asientos traseros con calefacción, un sistema de infoentretenimiento que funciona con Apple CarPlay y Android Auto, puntos de carga USB y cámara de aparcamiento.

Bajó el capó de este Rolls-Royce ya no está el motor V8 de 6.3 litros original sino un conjunto motor-baterías fabricado específicamente para las características de este modelo de forma interna. Lo que no han desvelado desde Lunaz son sus características técnicas.

Este trabajo es el primero del nuevo programa que ha lanzado dicha compañía por el que convertirán clásicos de alta gama en eléctricos que cumplan las necesidades particulares de cada establecimiento y que incluirá formación para que los choferes obtengan el máximo rendimiento de los vehículos. Entre los encargos que ya están en marcha están un Range Rover de los años 90 que se utilizará para llevar a los clientes de picnic y varios Bentley.

Además de dotarlos de un sistema de propulsión eléctrico pueden personalizarlos con diferentes pinturas para la carrocería o incluyendo elementos más funcionales como sistemas de comunicación, información y entretenimiento o accesorios de cabina para guardar champán o puros. El precio de este tipo de encargos comienza en unos 650.000 euros más impuestos, una cifra que no todos los bolsillos pueden permitirse.