Rolls-Royce vende una caja que cuesta más que un coche de lujo

En este caso la casa británica consolida su posición en el sector del lujo con una demostración de exclusividad muy exquisita: un cofre de champagne construida con fibra de carbono y alumini o forrada de cuero negro .

Este complemento se integra al vehículo y, cuando el chófer arranque el motor, el propietario podrá disfrutar de su nuevo gadget con solo pulsar un botón. En cuanto el dispositivo se activa una mesa construida con madera de roble Tudor se despliega en el interior del Rolls-Royce en cuyo interior se descubre el espumoso.

En los laterales, la caja cuenta con departamentos para albergar cuatro copas de vidrio soplado a mano y con base de aluminio pulido y cuatro servilletas de algodón con el logo de Rolls-Royce para que los viajeros disfruten y aprovechen los trayectos.

Los diseñadores de la compañía tienen en cuenta los exquisitos caprichos de sus clientes , por eso les ofrecen la posibilidad de personalizar el producto a su gusto . Pueden intervenirt tanto los elementos decorativos como en su estructura.

Las modificaciones más demandadas por los clientes es incorporar un recipiente en el interior del cofre para que, además de champagne, sus invitados puedan degustar aperirivos como queso, nueces, olivas u otras delicatessen gastronómicas.

Si la personalización incluye detalles en materiales como el oro, el platino o elementos que compliquen demasiado la estructura original, puede variar el precio del modelo y alcanzar cifras desproporcionadas. Todo depende del estilo de vida y las necesidades de sus acaudalados propietarios, que están dispuestos a sumar ceros a sus "extras" favoritos de Rolls-Royce para sentirse más representados en ellos.