El hotel de lujo de Mallorca para desconectar y disfrutar de tratamientos exclusivos en un entorno natural

Árboles, arbustos y flores autóctonos, para reducir sus necesidades hídricas, y así promover la sostenibilidad, ocupan parte de los 23.000 metros cuadrados en los que se ubica el resort. Los jardines son un fiel reflejo de la diversidad del paisaje mallorquín, con encinas, olivos, cipreses, pinos, laureles, lentiscos, romeros, salvias, gramíneas… Para recorrerlos hay coquetos caminos y senderos, donde, además, se han creado rincones para descansar en medio de la naturaleza, con bancos y tumbonas.

Pero la naturaleza del hotel no se limita al exterior, Kympton Aysla Mallorca cuenta con dos patios interiores, alrededor de los cuales se distribuyen las habitaciones. En uno de ellos la protagonista es la cola de caballo, una planta medicinal cuyos tallos verticales forman las paredes de un laberinto. El segundo patio cuenta con unas jardineras con formas tridimensionales en las que crecen árboles frutales como el naranjo, el limonero o el granado además de varios tipos de jazmines.

En la decoración del hotel se han utilizado tonos neutros y materiales naturales, y destacan las obras de artistas locales con elementos como los cuadros, los jarrones de cerámica y las esculturas. Mención especial merece el aroma personalizado del hotel, un detalle al que cada vez se presta más atención para conseguir así que el viajero pueda llevarse una memoria olfativa del establecimiento. En Kympton Aysla Mallorca hay cuatro aromas diferentes, para marcar las distintas estancias: en el lobby, una fragancia cálida y envolvente, en los pasillos y habitaciones, una mucho más relajada, para invitar al descanso, en el bar y en la piscina, se optó por aromas más chispeantes y energizantes.

Las habitaciones son bastante parecidas, en decoración y también en superficie, ocupando aproximadamente unos 35 metros cuadrados. En todas hay terraza o jardín privado. Una de sus curiosidades es que el cuarto de baño tiene acceso directo al jardín o terraza. Además, todas comparten originales cabeceros diseñados y elaborados con sal mallorquina y acuarela. Entre la equipación destaca la máquina de café expreso, televisor con tecnología Chromecast, altavoces inalámbricos Bang & Olufsen y esterillas de yoga de corcho reciclado. Su precio se sitúa a partir de los 350 euros.

Mención especial merece la suite presidencial, con un salón de 60 metros cuadrados equipado con todas las comodidades de una casa, una terraza de 70 metros cuadrados con jacuzzi y las mejores vistas del resort. Su precio en verano puede alcanzar los 4.000 euros, por noche.

Si por algo destaca Kympton Aysla Mallorca es por su zona de bienestar que ocupa 900 metros cuadrados. El primer Maison Codage Spa de España es un espacio de desconexión y cuidado personal. Esta firma cosmética parisina, especialista en el cuidado personalizado de la piel, ofrece una amplia carta de tratamientos faciales y corporales a medida, tras el diagnóstico por parte del terapeuta. Masajes relajantes, drenantes, exfoliantes, conviven con terapias LED y tratamientos renovadores en los que los sérums myCodage, que se formulan a medida, juegan un papel esencial.

Además de las siete salas privadas para disfrutar de los rituales de belleza y relajantes, el espacio 'wellness', dividido en dos plantas, cuenta con una gran piscina cubierta, una piscina de vitalidad, sauna, baño de vapor, cueva de sal, baño de barro, así como salón de manicura y pedicura.

No falta un completo gimnasio con máquinas Cybex, así como la opción de realizar actividades deportivas dirigidas en el exterior, como aquagym, paseos en bicicleta, yoga o pilates. Además, en el exterior, el complejo cuenta con otras dos piscinas, una solo para adultos.

El hotel completa sus servicios con su triple propuesta gastronómica: Saba, el restaurante asiático con platos de Japón y de Corea; Saba Bar & Bodega, un bar 'indoor-outdoor' con platos de la región, entre los que destacan el pescado fresco, y Zaty Pool Club, un espacio entre las piscinas y los jardines, para picar algo ligero.

Como en todos los hoteles Kimpton, cada tarde a las 17 horas tiene lugar la 'social hour', una oportunidad para que los huéspedes disfruten de una copa de vino local mientras comparten experiencias y crean conexiones. Esa filosofía de interacción también está presente en los talleres grupales del hotel, que incluyen pintura, catas de vino y creación de abanicos. De igual forma, durante el verano, el establecimiento ofrece el Kid's Club con diversas actividades para los niños.

En Kympton Aysla Mallorca las mascotas son bien recibidas.