Burning Man: así es el festival más extravagante que reúne a ricos y famosos

La edición de 2022, celebrada entre el 28 de agosto y el 5 de septiembre, será recordada por la infidelidad de Íñigo Onieva a Tamara Falcó. El joven español y sus amigos son unos habituales de este festival que tiene lugar en el desierto Black Rock, en Nevada . Paris Hilton , Kaia Gerber, Karlie Kloss, Heidi Klum, las hermanas Poppy y Cara Delevingne, el actor Adrian Grenier o el dj Diplo son otros de los famosos que se han dejado ver por el Burning Man este año.

Los orígenes del Burning Man se remontan a 1986, cuando varios amigos quemaron una estatua hecha de madera con forma de hombre en la playa Baker Beach en San Francisco. Poco a poco se ha ido convirtiendo en una cita ineludible para miles de personas que durante una semana conviven en pleno desierto sin dinero .

El Burning Man es más que un festival de música, es un evento multicultural con todo tipo de actividades lúdicas y artísticas. Cada año se queman varias estatuas hechas de madera. La principal, con forma humana, en la que los participantes pueden escribir sus mensajes y que se construye in situ, recibe el nombre The man y se quema el último día del evento.

Dirigido a la clase alta , en este evento no se puede llevar dinero. La única forma de comercio es a través del trueque . Cada participante debe llevar consigo lo que va a necesitar (por ejemplo, su propia tienda de campaña o caravana para alojarse), y, además, debe tener un gesto altruista y regalar cosas , como la comida, las prendas de ropa, así como besos, abrazos y sonrisas.

Otro de los principios del Burning Man es la ecología . La limpieza es fundamental, cada persona debe ocuparse de recoger lo que se encuentre, y una vez que el evento acaba todo debe desaparecer. Cada participante se lleva sus pertenencias, pero también los residuos que haya generado.

Se busca, por otra parte, la participación de todos los asistentes, es decir, no se va al festival como mero observador. Cualquiera puede y debe hacer algo, trabajar, mostrar sus propias obras artísticas, jugar, cantar, disfrazarse, etc.

El nudismo está bien visto, pero también las prendas más estrafalarias y llamativas. Todo es bien recibido en el Burning Man, un festival diferente en el que no hay una programación, sino que son los propios participantes los que organizan los eventos para disfrutar.

Las entradas, disponibles en la web del propio festival, suelen agotarse enseguida. A los 500 dólares , además, hay que añadir el vuelo para llegar a Nevada, y el coche para acceder al enclave.