La curiosa historia del cuadro de Van Gogh que pasó de venderse por 4 libras a 15 millones de euros

Para entender esta curiosa historia hay que remontarse a 1929 , en Billington, un pequeño pueblo de la campiña inglesa donde el cuadro terminó en la buhardilla de la casa de John Holme , un granjero que la recibió como pago de unas deudas. Cuando murió, su hijo decidió vender las propiedades y gran parte del mobiliario se subastó , entre ellos el cuadro con un insignificante precio de 4 libras. Un par de años más tarde, allá por 1968 Luigi Grosso, un periodista italiano apasionado del arte sospechó que quizás se tratase de una obra del pintor holandés y lo adquirió en un anticuario de Londres por 45 libras.

Su buen ojo y labia le sirvieron para convencer a diversos restauradores para que lo estudiasen con detenimiento y lo sometiesen a un escáner para confirmar sus sospechas. Tras dos años de rigurosas investigaciones llegaron a la conclusión de que, efectivamente, Vincent Van Gogh era el autor de dicho lienzo, que pintó aproximadamente en 1885 , cuando contaba con 33 años. Después de este valioso descubrimiento en 1970 Grosso contactó con Sotheby’s para venderlo y se reembolsó la cifra de 100.000 euros (no hay que olvidar que él pagó 45 libras así que la jugada no le salió nada mal).

En los años posteriores la obra pasó por diferentes dueños que volvieron a revenderla en la emblemática casa de subastas en dos ocasiones más –en 1983 y el 2001- por 350.000 y 1,5 millones de euros respectivamente . Ahora, casi dos décadas después su actual propietario ha decidido que pase a otras manos y ponerlo de nuevo en venta a través de Simon Dickinson , una galería de arte londinense que lo ha llevado a la Feria Europea de Bellas Artes en Maastricht que comenzó el pasado 7 de marzo y que congrega piezas de los artistas más prestigiosos del globo. Aunque todavía no se ha vendido el precio estimado no tiene nada que ver con la cifra inicial de 4 libras, pues piden por él nada más y nada menos que 15 millones de euros.

Toda esta historia resulta bastante paradójica teniendo en cuenta que el artista empezó a pintar solo una década antes de morir y que, en su corta trayectoria solo logró vender una de sus obras. Si levantase la cabeza y viese que ahora es considerado uno de los mayores maestros del pincel de nuestro tiempo apostamos a que ni él mismo podría creerlo.