La increíble transformación de la vivienda de la película 'Solo en Casa', a la venta por 5 millones de euros

Pues bien, la casa de Solo en Casa está a la venta. Y no por un precio barato: 5.25 millones de dólares. Al cambio, 4.830.262,50 euros. Un dineral que no es tanto si uno tiene en cuenta que se trata, como dicen en el vídeo de presentación de la vivienda Kathryn Moor y Dawn McKenna, de Coldwell Banker Realty, inmobiliaria de lujo responsable de la venta, «un trozo de la historia de Estados Unidos».

Además de ser un estudio de cine vivo, la vivienda de lujo en cuestión, situada en el 671 de la avenida Lincoln de Winnetka, a orillas del lago Michigan y a una media hora de la ciudad de Chicago en coche, tiene cinco dormitorios y seis baños, además de un garaje adjunto con capacidad para tres coches. Sí, es tan grande como se aprecia en la famosa película dirigida por Chris Columbus.

La fachada está idéntica, con ese ladrillo oscuro y su diseño neoclásico, muy del gusto norteamericano de la segunda mitad del siglo pasado. No están, parece, las estatuas que el pizzero se lleva por delante al llevar la cena a Kevin McCallister en Solo en Casa, pero sí su zona ajardinada, que da acceso a la escalinata que lleva hasta el pórtico que cobija la puerta blanca de la vivienda. Eso sí, ha cambiado ligeramente, porque los coches ya no pueden entrar hasta la misma puerta; todo ese espacio ahora es parte del jardín delantero de la propiedad.

Sin embargo, todo lo que recuerda a la película se acaba ahí, en el felpudo de entrada a la vivienda de lujo que se traspasa —según los medios norteamericanos, se ha vendido dos veces desde el estreno de la cinta hace casi 35 años— por casi 5 millones de euros. Una vez pones el pie (virtualmente) dentro, todo ha cambiado… a mejor. ¡A mucho mejor!

Construido en 1921, y con una superficie total de 847 metros cuadrados, el chalet de Solo en Casa fue reformado por completo en su interior en 2018. No tiene nada que ver con lo que vemos en la película de 1990. Bueno, mantiene la esencia: su distribución en tres alturas (dos pisos más buhardilla y sótano) en torno a la gran escalinata de madera central.

En la planta baja, a un lado, encontramos un enorme salón conectado con una cocina totalmente actualizada. Ya no están separados ambos espacios, sino que los últimos propietarios crearon una cocina abierta con isla central y numerosos armarios y espacios de almacenaje ocultos tras sus paredes en blanco roto. Además, a un lado se aprecia una enorme mesa corrida con sus correspondientes sillas, a mano de la cocina.

El salón, además, es una zona concebida para el descanso y el ocio, con la televisión y la chimenea como elementos centrales. Alrededor de estos se organiza el espacio, con sofás corridos y butacas que crean un espacio cerrado pero al mismo tiempo muy amplio, nada invadido por la mesa central baja de cristal.

Este espacio inferior de la casa aguarda una sorpresa: un segundo espacio dedicado al ocio familiar relajado, un enorme salón de estar inundado por la luz natural que entra por sus ventanales de gran tamaño que dan a la calle.

No podemos ver qué ha pasado con aquel cuarto de estar en el que Kevin McCallister se pasaba las horas, nocturnas sobre todo, viendo cine mientras se atiborraba a helados y palomitas, ni tampoco cómo han cambiado los dormitorios de la casa, ubicados en la segunda planta de la vivienda.

Sabemos, porque lo citan distintos medios norteamericanos, que tiene tres habitaciones familiares y una suite principal con chimenea de gas, vestidor, ducha de hidromasaje y bañera independiente. Y nos imaginamos, viendo la decoración de la primera planta, que han desaparecido los papeles pintados de las paredes y que los muebles seguirán siendo de estilo clásico, pero dentro de un ambiente menos recargado, detalle propio del estilo decorativo que se imponía en los 80 y principios de los 90.

Sí podemos ver dos «joyas» de la nueva imagen del chalet de 'Solo en Casa'. Dos espacios totalmente transformados que son, además, esenciales en la historia de la famosa película.

Por un lado, el sótano, ese lugar de la casa al que tenía pánico Kevin McCallister durante sus primeras sin la compañía de su familia que al final se convierte en uno de los refugios que utiliza para defender la vivienda de los dos ladrones que la acechan: Harry y Marv, los 'bandidos mojados', interpretados magistralmente por Daniel Stern y Joe Pesci.

Este espacio se ha convertido en una pista de baloncesto, una especie de búnker subterráneo al que se accede por la típica escalera estrecha y empinada, la misma de la cinta, pero que ya no da paso a una habitación trastero donde están la lavadora, la caldera y la secadora, sino a una especie de palco vip con vistas a media cancha de baloncesto.. Esta cuenta con varias canastas repartidas por el espacio, ideal para practicar y convertirse en el nuevo Stephen Curry o Lebron James.

No es, sin embargo, la única sorpresa del chalet de Solo en Casa, que también ha cambiado por completo el aspecto de su ático, la habitación donde empieza la historia de Kevin McCallister, cuando su madre le manda castigado y él se queda dormido y aislado de todo el ajetreo mañanero para evitar perder el avión con destino a París, donde tenían pensado pasar juntos la Navidad.

Este ático o buhardilla, una habitación que luego deja otras escenas míticas de Solo en Casa, como cuando kevin se pasa en tirolina a la casa del árbol, es ahora una suite junio con todo tipo de comodidades, incluyendo su baño privado.

Además, la casa de lujo se completa con un giro de guion precioso porque tiene una sala de cine de última generación en su interior. Sí, un cine con pantalla grande y butacones de lujo. Un cine en el que es imposible no fantasear con disfrutar de la película que dio fama a la casa que ahora está a la venta (seguro que no durará mucho) por 5 millones de euros, diez veces menos que el tríplex de Nueva York con el que llevamos días soñando.